No soy quién para decir al prójimo cómo ha de educar a sus hijos, y menos yo que no los tengo…

No soy quién para decir al prójimo cómo ha de educar a sus hijos, y menos yo que no los tengo…
No soy quién para decir al prójimo cómo ha de educar a sus hijos, y menos yo que no los tengo… Eso sí, me llamó mucho la atención el castigo que se les puso a dos niños este pasado verano.
Uno, de nueve años, se portó fatal, tiró el desayuno por el suelo de la cocina y escondió las galletas debajo de la nevera haciéndose el gracioso. Todo ello acompañado de malas contestaciones y peores gestos hacia su madre.
El otro, de ocho años, le pegó a su hermana pequeña sin motivo alguno después de discutir con ella por el mando a distancia. La reprimenda de su padre fue un grito en el desierto, y aún recibió la pequeña otro tortazo de aquel hermano.
Al primero le dijo su padre.
-Castigado a tu cuarto. A leer. ¡Te vas a poner a leer!
No tocó un libro ni con un palo…
Al otro niño lo llevaron a su habitación, cerraron la puerta y cuando volvieron a abrirla tres cuartos de hora más tarde lo encontraron leyendo.
Ideación de ‘Pedagogía’
Me cuentan dos personas cómo castigaron a sus hijos.
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