A pesar de que la saga de Indiana Jones cuenta con legiones de fans, yo no me encuentro particularmente entre sus filas. Las disfruto y son buenas películas pero por el motivo que sea no son cintas que esté continuamente revisando. Creo que la primera “El arca perdida” es una de las mejores películas que sean hecho, magnífica. “El templo maldito” es una gran secuela y para mi gusto “La última cruzada” ya resultaba algo repetitivo pero al parecer Sean Connery como padre de Indiana hace que todo el mundo caiga rendido ante una historia que ya es muy parecida a la primera.
Las tres dirigidas por Spielberg por algún motivo en 2008 quisieron lanzar una entrega más, “El Reino de la calavera de cristal”. Probablemente para cerrar el círculo de Indie con Marion (el interés romántico de la primera entrega). Cambiaron algo la fórmula y sustituyeron a los nazis por rusos y los fans no acabaron contentos. En un mundo pasada la segunda guerra mundial y su edad, las aventuras de Indiana no parecían demasiado inverosímiles, seguido de algunas secuencias cercanas a lo ridículo. Aún así cualquier cinta de Spielberg tiene algo especial y “El Reino…” no es una excepción.
Sinopsis: El arqueólogo Indiana Jones deberá emprender otra aventura contra el tiempo para intentar recuperar un dial legendario que puede cambiar el curso de la historia. Acompañado por su ahijada, Jones pronto se encuentra enfrentándose a Jürgen Voller, un ex nazi que trabaja para la NASA.
James Mangold dirige esta, es una buena elección. Tiene grandes y muy dispares películas. Además, escuchándole hablar sobre el proyecto y sobre la franquicia de profesor de arqueología sabía en lo que se metía. Durante los dos primeros actos hace algo tan complicado como tener una estética con mucha fuerza y rodar secuencias de acción con persecuciones y tiroteos con Harrison Ford (80 años) sin que resulta ridículo.
Durante esta fase correcta los más seguidores estarán entretenidos, para mí era una serie de secuencias sin poso ni trascendencia, simplemente una más y otra. Los disparos no importan y la física tampoco.
Las historias de Indiana siempre han jugado con la dinámica de que este hombre de ciencia e historia es expuesto a fugaces eventos de difícil explicación. Sin embargo, estos fenómenos eran siempre eran efímeros y así la verosimilitud se mantenía. En esta, llegado el momento, la historia de deshace de cualquier tipo de freno creativo y va a por todas como Vin Diesel en sus “Fast & Furious”. Al parecer a algunos críticos este desenlace les ha parecido precioso a mí no me podría haber gustado menos.