• lunes, 07 de octubre de 2024
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Opinión / Desde Baluarte

Evviva Otello!

Por Ana Ramírez García-Mina

Crítica de la representación de la ópera Otello representada en Baluarte con la Orquesta Sinfónica de Navarra y el Coro Lírico de la AGAO. 

Representación de la ópera Otello de Verdi en la Sala Principal de Baluarte (31). IÑIGO ALZUGARAY
Representación de la ópera Otello de Verdi en la Sala Principal de Baluarte. REPORTAJE GRÁFICO: IÑIGO ALZUGARAY

En 1871, Giuseppe Verdi ya era rico y había anunciado su retirada como compositor de ópera. A ojos del público italiano, se encontraba en la cima de su carrera. Nada podría superar el éxito de su último estreno: Aida. Su editor, Giulio Ricordi, pensó que Verdi podía seguir escribiendo la historia de la ópera italiana. Y no se equivocaba, pero tenía que persuadir a un músico cansado y consagrado que rozaba los 70.

Quien convenció a Verdi para que volviera a componer fue, en realidad, Shakespeare. En concreto, el libreto que Arrigo Boito escribió sobre la tragedia Otelo: el moro de Venecia.  El misterio que rodeó al nacimiento de la obra maestra sólo generó expectación, y su estreno en La Scala de Milán fue un éxito. 16 años después de Aida, Giuseppe Verdi volvía a la ópera.

Quedaban pocas butacas vacías en el Auditorio Baluarte. Otello era una de las grandes apuestas de la temporada de la Fundación, la segunda ópera tras L’Elisir d’amore de Donizetti. Es probable que uno de los títulos más célebres de Verdi y el tenor estadounidense Gregory Kunde atrajeran al público de Pamplona, pero sobre el escenario había mucho más.

La escena espectacular de Alfonso Romero Mora comenzó con el barco de Otello sobre el escenario y el mar embravecido proyectado en las paredes. A lo largo de la representación, barco y velas iban cambiando sus formas para acoger la tragedia hasta la escena final. Las redes del navío, quizá las del engaño de Yago, coronaban habitación en la que Otello estrangula a Desdémona. Una escena original y sencilla que funcionó sobradamente.

En el papel protagonista, Gregory Kunde. Se sabe que Otello es el papel para tenor dramático por excelencia. Aunque el estadounidense no posee tanto cuerpo en los graves como se cree necesario, regaló al público de Baluarte un gran Otello. Con timbre más cuidado en el registro medio y agudo (y qué nobleza en la voz), pero con una potencia indiscutible. El Otello de Kunde derrocha talento y sensibilidad.

La soprano Svetlana Aksenova encarnó a Desdémona. Una gran potencia y brillo en los agudos se convirtió, en momentos puntuales, en un pequeño defecto. Su Ave María final arrancó la ovación del público y fue impecable, aunque en ciertos momentos alcanzaba los pasajes altos con sobresalto y sin demasiado control. Pese a ello, Aksenova dio vida a una Desdémona solvente y creíble.

El Yago de Ángel Ódena destacó por una potencia que colmaba el auditorio y un timbre redondo. La maldad del personaje asomaba de vez en cuando en su voz, pero no fue una tendencia general. Ódena empastó acertadamente en dúo con Kunde, acompañando y envenenando el canto de Otello con sus palabras. Su voz, que se escuchaba demasiado noble en algunos momentos, resultó convincente gracias a su actuación.

La voz de Francisco Corujo pareció adecuada para el papel de Cassio. No lució un gran volumen, pero su interpretación fue correcta. Como la acertada Emilia de Mireia Pintó. Mención merecen por su actuación modesta pero bien resuelta Manuel de Diego (Roderigo), Jeroboám Tejera (Ludovico) y Gerard Farreras (Montano y heraldo).

La actuación de la Orquesta Sinfónica de Navarra desde el foso ayudó a que la ópera brillara. La dirección de Ramón Tebar acompañó a las voces y a la trama en sus contrastes. La sección de cuerda alcanzó el cuerpo necesario en el dúo de Desdémona y Otello, aunque el solo de violonchelo se escuchó descontrolado en algún punto. Por lo demás, el trabajo de la OSN lució y estuvo a la altura del reparto.

También lo estuvo el Coro lírico de la Asociación Gayarre de Amigos de la Ópera, aunque se mostraron algo titubeantes en el exigente ‘Fuoco di giogia’. Tanto fuera de escena como en ella, las voces de la AGAO hicieron un gran papel.

El público de Baluarte estuvo cerca de llenar la sala y la ovación fue considerable. Seguro, los asistentes encontraron en el escenario mucho más que un título conocidísimo y un reparto de renombre, que no es poco. Evviva Otello!  

FICHA

Domingo 3 de febrero de 2019 a las 19.00 h. en el Auditorio Baluarte. Concierto enmarcado en la temporada 2018/19 de la Fundación Baluarte.

Otello. Ópera en cuatro actos de Giuseppe Verdi (1813-1901) y libreto en italiano de Arrigo Boito sobre la obra de William Shakespeare, Otelo: el moro de Venecia.

Gregory Kunde (Otello), Svetlana Aksenova (Desdémona), Ángel Ódena (Yago), Francisco Corujo (Cassio), Manuel de Diego (Roderigo), Jeroboám Tejera (Ludovico), Mireia Pintó (Emilia), Gerard Farreras (Montano y un heraldo).

Orquesta Sinfónica de Navarra, dirigida por Ramón Tebar.

Coro lírico de la AGAO, dirigido por Íñigo Casalí.

Director de Escena: Alfonso Romero Mora. Escenógrafo: Miguel Massip. Figurinista: María Miró.

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