- sábado, 14 de diciembre de 2024
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Han pasado cinco días de la terrible Dana e ignoro cómo y cuándo y de qué manera se han se ha realizado los avisos, y la fiabilidad de los mismos, y si era previsible la cantidad caída, o si los ríos, torrentes, barrancos, ramblas, estaban limpios y expeditos, pero las “competencias” de la Confederación Hidrográfica, Medio Ambiente, Urbanismo etc.. hacen imposible, hoy día, adoptar un criterio al respecto en el “caos competencial” existente entre el Gobierno de España, con sus ministerios, y las comunidades autónomas.
Y para colmo, la ruindad, y me extraña en la ministra de defensa, que creo tiene una formación, la frase cuando se refiere al ejército de “no nos han llamado” que me ha llegado alma. Es una indignante muestra de lo que está ocurriendo en esta España.
Hay que agradecer la solidaridad y apoyo de voluntarios, vecinos y autoridades y personal municipales, pero en un caso como este es una vergüenza como se está actuando. Siento tener que decirlo pero la desinteresada aportación de voluntarios en algunos casos han llegado a colapsar vías de acceso.
No se han determinado con un mando único de emergencia las excepcionales necesidades tanto de recursos mecánicos, como la atención a la población, afrontando los graves efectos de la catástrofe de una forma organizada, dada su magnitud
Opino que el Gobierno debiera, conjuntamente con las comunidades autónomas y los ayuntamientos, establecer un mando único que priorizase actuaciones, y las debidas competencias de los diversos cuerpos policiales (control y saqueos y pillajes),ejercito (limpieza y reparación de vías y conductos) de aprovisionamiento de alimentos y útiles precisos de higiene, y medicamentos por las entidades que correspondan, así como colaborar y simplificar con la tramitación de las reclamaciones de daños ante el Consorcio de Seguros.
Es una emergencia nacional y corresponde una excepcionalidad en las medidas, recursos y medios a utilizar, habilitando los créditos presupuestarios necesarios en su caso dejar muchos no prioritarios aunque “no nos hayan llamado”.