Pero al parecer Pedro Sánchez no ha querido llegar a ningún acuerdo con el PP para configurar la Mesa del Congreso y al final, aunque por muy pocos votos, López no es presidente.
Pero las cosas son como son y a estas alturas intentar comprender a Sánchez se me antojaba un ejercicio inútil, de manera que lo mejor es analizar la realidad.
Creo que puesto que el PSOE se ha autoexcluido del acuerdo con PP y Ciudadanos los populares bien podrían haber permitido que fuera un miembro de Ciudadanos quien presidiera el Congreso. No ha sido así pero al menos han propuesto a una política serIa, cabal, trabajadora y dialogante, Ana Pastor. Así que la designación de Ana Pastor es una buena elección.
Tal y como está de revuelta la política española se necesita al frente del Congreso alguien que no sea insoportablemente sectario y Ana Pastor no lo es y tiene cintura para intentar forjar consensos y ejercer el cargo con sentido institucional.
Eso sí, a Ana Pastor no se lo van a poner fácil, más bien todo lo contrario. Ella tiene mano izquierda pero algunos de los 'nuevos' se deslizan con demasiada facilidad por la política-espectáculo, de manera que la van a poner a prueba día sí día también. Ana Pastor va a necesitar además de nervios templados, que los tiene, una gran dosis de paciencia y sobre todo firmeza para no convertirse en rehén ni de los suyos ni de los que gritan y gesticulando más.
Lleva muchos años en política y ha salido airosa de todos los cometidos, esperemos que también salga bien de este. Si algo necesita el país y los ciudadanos es normalidad. Por eso la elección de Ana Pastor es uno de los pocos aciertos que ha tenido Mariano Rajoy últimamente. Ahora solo cabe esperar a que la legislatura comience con buen pie.