Algunos podrían pensar que no es más que una campaña publicitaria para lanzar un nuevo disco. Ojalá. Pero me resulta dudoso. Existe una ruidosa minoría en Estados Unidos que defiende la Tierra plana con tanta convicción como otros defienden la conspiración de los chem-trails No, me temo que no fue un error ni una campaña publicitaria. Durante horas regaló a sus seguidores una larga lista de argumentos con supuestas pruebas para apoyar su extravagante afirmación.
Aunque parezca innecesario, debemos recordar que defender la teoría de una Tierra plana, en una época donde nuestro teléfono móvil puede guiarnos por todo el planeta gracias a los satélites G. P.S., es absolutamente ridículo. De hecho, Aristóteles ya defendía que la Tierra era una esfera hace 2.400 años y esa idea era aceptada mayoritariamente hace 2.000 años. Las objeciones contra el viaje de Cristóbal Colon no estaban basadas en que la Tierra era plana sino en la incapacidad de sus barcos para recorrer toda la distancia hasta Asia. Sin el continente americano como parada intermedia, la expedición habría sido un fracaso absoluto.
Tal vez estés leyendo este texto y pienses que exagero la importancia de toda la historia. Un cantante famoso tiene una opinión absurda pero no parece probable que nadie le crea. Ahora recuerda cuantos anuncios de productos con personajes famosos ha visto. Una enorme inversión que tiene una única justificación. Funciona. Aumenta las ventas. Estas compañías invierten grandes cantidades de dinero porque saben que alguien conocido tiene credibilidad para dar consejos de salud, garantizar la calidad de un automóvil o recomendar seguros de vida. Sea cuál sea su formación o conocimientos. El problema no se limita a la publicidad. Personajes famosos han defendido que las vacunas no funcionan o que son peligrosas contra la opinión de la práctica totalidad del estamento médico. Unos argumentos que ha ocasionado mucho sufrimiento y, en algunos casos, la muerte de niños.
Me gustaría que el caso de B.o.B. sirviese para recordarnos un criterio sencillo que debería ser incuestionable. Un argumento es creíble según las pruebas que lo apoyan, no por la persona que lo defiende. Y utilizar a alguien famoso para respaldarlo no debería añadir ni una pizca de credibilidad a la discusión.