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Carta abierta: seamos Mujeres de nuestra Historia

Por Cartas al director

* Carta remitida por Judith Sarrablo con motivo del 8-M, Día de la Mujer.

Mítico cartel de la Mujer trabajadora sobre un fondo de la Plaza del Castillo, en Pamplona. NAVARRACOM
Mítico cartel de la Mujer trabajadora sobre un fondo de la Plaza del Castillo, en Pamplona. NAVARRA.COM

Os escribo hoy esta carta (amigas y anónimas muchas de vosotras) para compartir esta celebración del Día de la mujer trabajadora y recordar a todas las primeras mujeres que sacrificaron su vida por un horizonte de grandeza y de igualdad para todas nosotras.

Entrando en consideraciones históricas sobre el papel femenino en nuestro territorio, podemos preguntarnos en qué situaciones han vivido ellas, cómo se han ido concibiendo como mujeres, cómo ha ido mejorando su vida y cómo se han ampliado sus libertades. Basta recordar como los romanos, a su paso por Navarra, se encontraron una sociedad matriarcal; o a la Etxekoandre, la mujer que era dueña de “las llaves” y de la decisión económica y sucesoria de la casa. Siglos más tarde, la mujer tuvo un peso considerable en el Reino, superior a otros colindantes, gracias a la figura de la Reina Sancha de Pamplona o la Reina Urraca, entre otras. Cabe realizar un breve homenaje, a su vez, a la mujer rural navarra que a lo largo de los tiempos ha estado trabajando en silencio, mayoritariamente eran voces olvidadas, integrada en la faena agrícola de manera abnegada, símbolo de la conciliación del esfuerzo físico de la campaña navarra con la construcción y mantenimiento de la familia, claro ejemplo de entrega y dedicación para muchas generaciones de antaño y venideras.

A partir del siglo XVIII tuvieron lugar reivindicaciones por la igualdad y libertad, como es el caso de la Revolución francesa, y la transgresora Ilustración en España que auspició los famosos “salones” para dar notabilidad y protagonismo a la presencia femenina dentro de los campos literarios, políticos y culturales de la sociedad ibérica, llevando consigo un nuevo paradigma humano hacia las mujeres: el de su autonomía y la “democracia” de igualdad y deberes que todo ello comporta.

La mujer, nosotras, hemos estado presentes en todas las Historias -en algunas de ellas más visibles que otras-. Un homenaje a las Mujeres de la Historia, que con sus hazañas nos han dejado un legado a seguir. Debemos tenerlas de referencia y ponerlas en valor, porque cada época es diferente. Afortunadamente, nos hallamos en un siglo donde la mujer es intrépida y decidida, que desafía apasionadamente el país que le rodea con sus problemas laborales y sociales, todavía encubiertos del protagonismo masculino.

En estos tiempos de lucha por un futuro sólido, necesitamos una mujer navarra con valores y principios, precursora y emprendedora, moderna, intuitiva y pieza fundamental en el motor de transformación de la actual coyuntura económico-social y laboral, preparada científica y culturalmente, con ímpetu y gran capacidad de aportar ideas y soluciones a los problemas, y a sí misma creadora de nuevas tendencias, que tome las riendas de iniciativas desafiantes frente a la actual crisis, estos duros momentos de pandemia y declive empresarial.

El éxito que conseguirán será el mayor premio a su valentía. Sigamos siempre adelante, trabajando por un bien común para Navarra, siendo Mujeres, mujeres de nuestra Historia.

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