Carta enviada por Puy Martínez Lacunza.

El pasado mes de diciembre fue un mes complicado para tres de nuestras educadoras "de toda la vida", como solemos decir, de la Escuela Infantil Municipal San Cristóbal de Ansoáin.
Tres profesionales con más de 20 años trabajando para la escuela infantil. Y os tengo que contar que he vivido momentos muy bonitos como madre, pero nos comunicaron a las familias la triste noticia de que este mes de enero no se iban a incorporar a su puesto de trabajo ninguna de ellas, ya que, debido a la ley de estabilización, el Ayuntamiento de Ansoáin decidió despedirlas de su puesto por no tener el C1 en euskera (obligatorio para el Ayuntamiento de Ansoáin).
Sí, habéis leído bien: se les despide por no saber euskera, cuando en realidad no lo tienen que usar en su puesto de trabajo, ya que es un aula en castellano. ¡Seamos realistas, no tiene ningún sentido! Es un argumento que, después de estos años con el proceso de estabilización, sigo sin entender.
Son tres educadoras con una media de 25 años mínimo trabajando en esta misma escuela infantil. Sin duda, grandes maestras y profesionales, y el Ayuntamiento de Ansoáin decide despedirlas y no hacer nada por ellas, cuando en otros ayuntamientos del mismo partido político me consta que han asumido la plaza de esa educadora en las mismas circunstancias hasta la jubilación, porque cumplían los requisitos de la ley de estabilización.
“Claro, es que han tenido muchos años para aprender euskera y no lo han hecho”, son algunos de los comentarios que tenemos que escuchar (las tres con titulación B1 en euskera). El ayuntamiento ni siquiera se ha preocupado por quiénes son estas educadoras, y seguramente les da absolutamente igual cómo se hayan podido sentir durante este proceso.
Solo les preocupa que no saben euskera, cuando, repito, el aula es en castellano y no lo van a usar. ¿De qué sirve la ley de estabilización si luego el ayuntamiento hace esto con sus trabajadores antiguos?
Y no hablemos ya de los 20 niños y niñas del grupo 2-3 en castellano (repito, en castellano) que volvieron el 7 de enero a la escuela infantil al aula sin ninguna referencia. ¿Os dais cuenta de esto? Pues yo, como madre, sí. Habéis despedido a tres educadoras infantiles, a las que les doy las gracias infinitas por toda su labor estos años.
Carta enviada por Puy Martínez Lacunza.