La nueva película de animación de los estudios Disney continúa el legado de la marca.
- martes, 03 de diciembre de 2024
- Actualizado 09:39
La nueva película de animación de los estudios Disney continúa el legado de la marca.
Disney tiene tantas marcas bajo su nombre que a veces es difícil diferenciarlas, especialmente en la animación. Puede haber quién no esté seguro de cuándo se trata de una película del Estudio de la lámpara, Pixar, y cuando de Disney.
En los últimos 3 meses hemos tenido una de cada, a final de año teníamos disponible en la plataforma Disney + una cinta de animación, más enfocada a adultos que a niños, llamada “Soul”. Pixar nos ofrece secuelas y películas totalmente originales. Sus últimas cintas han sido: “Del revés” (2015), “Coco” (2017), “Los Increíbles 2” (2018), “Toy Story 4 (2019)”, y “Onward” (2020).
Disney lidia con algo parecido aunque en las dos priman la originalidad, los títulos de la última década han sido “Enredados” (2010), “¡Rompe Ralph!” (2012), “Frozen. El reino de hielo” (2013), “Big Hero 6” (2014), “Zootropolis” (2016), “Vaiana” (2016) y las secuelas de Ralph y Frozen.
Aunque han podido tener menos impacto que los grandes clásicos Disney (salvo “Frozen”, por supuesto”) en la cultura popular, han conseguido mantener una estabilidad en la calidad y la recaudación en cines muy superior a la década pasada. Títulos muy entretenidos y originales pero que sobre todo tienen gran ambición en cuanto a los mensajes que quieren dar, “Zootropolis”. Una de las más exitosas en crítica y público, recaudó 1.024 millones de dólares en todo el mundo, (es la mayor recaudación después de la saga “Frozen” y les supera en crítica) y una de mis favoritas. Habla de racismo y de las drogas de una forma muy sutil. Increíble.
En “Raya y el último dragón” tenemos un éxito similar, mantiene la línea de calidad y brilla especialmente en sus últimos 40 minutos. Influenciada por “Mulán” y un poco de “Indiana Jones”.
En el fantástico mundo de Kumandra, humanos y dragones vivieron juntos hace mucho tiempo en perfecta armonía. Pero cuando unas fuerzas del mal amenazaron el territorio, los dragones se sacrificaron para salvar a la humanidad. 500 años después, esas fuerzas malignas han regresado y Raya, una guerrera solitaria, tendrá que encontrar al último dragón para reconstruir su mundo.
Para empezar la animación es una chulada para ver en la gran pantalla, la historia es original, mantiene su coherencia y sorprende con algunos giros. Personajes que crees que van a ser molestos para entretener a los más pequeños acaban teniendo gran peso y a pesar de haber un dragón en la cinta, la forma de tratarlo no se parece a otros títulos como “Cómo entrenar a tu dragón”, “Eragon” o “Juego de Tronos”.
Quizás esto es una lectura política pero es interesante ver que cuando vemos dragones en el cine occidental el protagonista siempre intenta montarlo. En esta, en cambio, que busca una perspectiva asiática se puede ver cómo no solo se trata al personaje del dragón diferente sino que también en cómo es ilustrado (sin grandes alas ni escupiendo fuego).
La relación entre Raya y el dragón y lo que tienen que aprender la una de la otra, sin seguir los pasos de los típicos coprotagonistas que se odian toda la película para al final llevarse bien, es lo que sostiene y eleva la cinta. Como se trata el tema de la confianza y la desconfianza, como la desconfianza puede protegerte en el corto plazo pero en el largo solo lleva por un camino solitario.
Es complicado encontrarla en cines, en España ha habido un boicot desde los exhibidores con la empresa por no estrenar otros títulos en salas y llevarlos directamente a su plataforma de streaming. En Pamplona se está proyectando con gran variedad de horas en los cines de La Morea.
En el caso para poder verla en la aplicación hay que pagar 21,99 € o esperar al junio de 2021.
Por cierto, la música es un puntazo