Un Presidente, una Vicepresidencia única y 12 titulares para cubrir las necesidades de un gobierno concebido por Rajoy con las mismas carteras ministeriales que tuvo su primer Gobierno, en la X Legislatura.
Como la nitroglicerina, Pedro Sánchez se ha convertido en una especie de petardo de artificiero al que hay que cuidar, no agitar y tratar de estabilizar.
Hay hechos, momentos y situaciones que a veces conviene contarlos sin hacer caso del tiempo en que ocurrieron y procurando que la cronología y el boato cedan primicia a lo auténtico.
El Congreso de los Diputados no es Casa Manolo, el bar-restaurante que hay en el número 7 de la calle de Jovellanos de Madrid, pero está cerca; y entre ellos hoy había algo digno de reseña.
Con algunas ayudas de la prensa, especialmente significativa es la del diario El País, Rajoy reclama atención hacia los problemas nacionales, destroza estrategias ajenas sin un mal gesto y prepara la situación para recibir a los 'fans' que surgen nuevos.
En la actualidad política del momento aparece, y no muy desdibujado, el ritmo conocido de “La Yenka”: izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, detrás, un, dos, tres.
Asistimos al afán negociador que los resultados electorales han producido en los partidos políticos, avivado por Pedro Sánchez que opta a la investidura como Presidente de Gobierno, y que ha supuesto la formación de “equipos de negociadores” y una actividad que merece atención.
Una poda “de copa”, clareando en el árbol de la izquierda política nacional y usando como herramienta, entre otras, una altuna cortarramas para clarear en las alturas: el novísimo “patxilopezeo”.