• sábado, 27 de abril de 2024
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Opinión / Tribuna

El fratricidio de Asirón con la ciudad ucraniana de Leópolis

Por Cristina Ibarrola

¿Nos explicará el equipo de gobierno a los ciudadanos por qué nuestra ciudad no quiere hermanarse con una ciudad que sigue necesitando de colaboración y ayuda?

El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron . IÑIGO ALZUGARAY

Desde 2022, año en el que Rusia comenzó la invasión de Ucrania, son muchas las personas, organizaciones y asociaciones de Pamplona que de forma voluntaria y permanente han trabajado, asumiendo riesgos en algunas ocasiones, ayudar a la población más vulnerable del país aportando atención y material sanitario, medicamentos, ropa o alimentos.

El grueso de los viajes se produjo a Leópolis, la conocida como ‘Ciudad del León’, una urbe de 700.000 habitantes estratégica para el reparto de ayuda humanitaria por su proximidad con Polonia. Allí, en un viaje organizado en julio de 2022 por la Fundación Enfermeras de Navarra fue cuando surgió una conexión especial entre ambas ciudades, comenzando a fraguarse un posible hermanamiento en una reunión mantenida con el ayuntamiento de Leópolis.

Este vínculo se hizo todavía más fuerte al estrecharse lazos entre la sociedad pamplonesa, la comunidad ucraniana de Pamplona y los más de 700 refugiados del país que llegaron a nuestra ciudad, muchos de los cuales están participando activamente y de forma voluntaria en diferentes programas municipales o con asociaciones diversas, devolviendo por tanto todo el cariño y la atención que están recibiendo de los pamploneses.

Dado el contexto actual del país ucraniano, es el carácter solidario el que motivó el planteamiento de este hermanamiento, que pretendía ratificar el compromiso social que la ciudadanía de Pamplona tenía y tiene con Leópolis. 

Y es capital destacar que el hermanamiento surgió de la voluntad de personas civiles de Pamplona, de la de ucranianos residentes en nuestra ciudad y, muy especialmente, de la de propia ciudad de Leópolis, que comparte con la nuestra el carácter universitario, aspectos culturales, calles adoquinadas o, de manera más simbólica, un león en el escudo.

En el Ayuntamiento de Pamplona, algunos grupos que veían con buenos ojos en los despachos este hermanamiento han decidido (lo hicieron este pasado viernes 26 de enero) acabar con él aludiendo falta de consenso y ausencia de justificación. Madrid, Barcelona, Elche o Gernika se han hermanado recientemente, y a raíz del conflicto, con ciudades ucranianas.

¿Nos explicará el equipo de gobierno a los ciudadanos por qué nuestra ciudad no quiere hermanarse con una ciudad que sigue necesitando de colaboración y ayuda? ¿Con una ciudad que nos lo ha pedido expresamente y con la que existe un estrecho vínculo? ¿Por qué como institución no atendemos una demanda de la sociedad civil y ratificamos además nuestros lazos con los ciudadanos ucranianos que tan bien se han integrado en Pamplona? ¿Por qué aquí no nos comprometemos con Ucrania tal y como lo hacen otras ciudades españolas, gobernadas además por partidos de ideologías muy diferentes?

Nos da mucha pena por todos quienes han trabajado de manera intensa por esta ciudad y por Ucrania.

Espero que esta decisión no tenga que ver porque fue UPN el que activó a nivel institucional un hermanamiento que surge de la ciudadanía. Y a nivel personal, espero que tampoco tenga que ver el hecho de que yo acudiera como voluntaria a aquel viaje en 2022. Lo hice porque formo parte de la Fundación de Enfermeras de Navarra, y lo hice en un momento en el que todavía no era ni candidata a alcaldesa del Ayuntamiento de Pamplona.

De ser así, sería mucho más grave de lo que ya es.


 

Cristina Ibarrola

Concejal portavoz de UPN en el Ayuntamiento de Pamplona


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El fratricidio de Asirón con la ciudad ucraniana de Leópolis