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Opinión / A mí no me líe

La vergüenza de Podemos en Navarra

Por Javier Ancín

El tema de los enemigos en bando propio es recurrente en política y por lo que he podido indagar, los aforismos dedicados al tema siguen este recorrido que os presento.

La predienta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez, de  Podemos. PABLO LASAOSA
La presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez, de Podemos Navarra. PABLO LASAOSA

Que yo sepa, no ha sido un trabajo exhaustivo, consultar unas notas y algunos libros de mi biblioteca, por si alguno tiene alguna cita más que aportar para completar el cuadro, que yo encantado, el primero que en nuestra Edad Contemporánea deja una frase para la historia dedicada al asunto es Winston Churchill.

A Winston se las hicieron pasar putas los suyos -casi lo descabalgan antes de poder convertirse en el mito del mundo libre que es hoy-, en aquellos días previos a la milagrosa evacuación de Dunkerque, al principio de la II Guerra Mundial.

Una facción de los suyos abogaba por explorar una negociación con Hitler, que iba como un latigazo con su Blitzkrieg adueñándose de toda Europa, en vez de plantarle cara al monstruo del flequillo atravesado. Afortunadamente ganó el borrachingas fumador de puros, futuro premio Nobel de literatura, porque si no en la actualidad los europeos seríamos una granja nazi hablando en alemán, marchando con el paso de la oca hasta para ir a comprar una barren de panen, o como se diga una barra de pan en bávaro.

Con ese panorama de fondo, donde la libertad estuvo a un tris de romperse para siempre, cuentan que Churchill le soltó a un joven parlamentario británico que escuchara si quería hacer carrera, mi chico. Anote y no olvide, grumete: Sus peores enemigos no van a estar en la bancada de enfrente, esos son adversarios.

Zagal, míreme a la cara y no se olvide nunca, sus peores enemigos van a sentarse en la fila de atrás, donde se colocan los compañeros de su propio partido. ¿Lo ha entendido? Pues hala, no moleste mucho los siguientes años, rúmielo bien, que los mayores tenemos que ganar la madre de todas las guerras. Y se ganó. Con un esfuerzo salvaje pero se ganó. Más vale...

La siguiente parada en nuestra pesquisa nos lleva, unos años después, a la misma zona. El primer canciller de la República Federal Alemana -la buena, no la comunista con su brazo asesino de la Stasi levantando muros y ejecutando a disidentes - y uno de los padres de la Europa que disfrutamos nosotros, Konrad Adenauer, se levantó un día, pidió papel, lo metió en el carro de la máquina de escribir y se vino arriba.

Con la sinceridad del que está hasta las peloteas de que le boicoteen los suyos, percutió las teclas hasta completar una frase para la historia. Otra: “Hay tres tipos de enemigos: los enemigos a secas, los enemigos mortales y los compañeros de partido”.

Tirando del hilo que nos ocupa nos topamos como estación final -estación Termini Roma eterna-, con Giulio Andreotti, que en política durante cincuenta años hizo de todo. Desde ser el máximo responsable de la organización de los Juegos Olímpicos de Roma 60, a ser juzgado por mafioso, a ocupar la presidente de Italia.

Un pieza que decimos por Tierra Estella, un cínico de los de marca mayor, de los que siempre flota, que al menos nos legó la maravillosa frase que cierra nuestra búsqueda, y que es para esculpirla en mármol, como gran aportación a la filosofía política europea actual: “En la vida hay amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de partido”.

Pausa. Pausa larga... Pausa eterna. Más pausa, valorativa, por favor, para no mezclar nada de todo esto que he contado con la política foral navarra tan cutrecilla ella. Tan pobretona.

Aquí tenía pensado hablar de Podemos en Navarra y de la guerra personal, a muerte, que tienen montada entre Laura Sánchez y Ainhoa Aznarez, pero me da tanta vergüenza ponerlas al mismo nivel de los monstruos políticos que acabo de glosar que casi que me pido un pozal de palomitas, me siento en el parque mirando hacia el parlamento foral, estiro las piernas -un cañón, por favor- y tranquilamente disfruto de ver explotar Podemos en Navarra, como una palmera de esas cobrizas de los fuegos en Sanfermines. Ohhhhhhhh, qué bonito. Y eso es todo.

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