Un gran partido el que se esperaba en noche de domingo, aunque fuera a las 21 horas; se jugaban demasiado ambos equipos por diversas razones, dejando aspectos sentimentales aparte.
Casi siempre el Valencia nos ha sacado los colores en El Sadar, pero esta vez estábamos preparados, con una alineación muy titular y unas ganas de ganar por encima de anteriores encuentros, Osasuna dispuesto a poner toda la carne en el asador. La alineación, la de siempre, con la entrada de Areso y Aimar y la ausencia de Herrando (no le gusta al míster).
El encuentro ha tenido dos tiempos muy diferenciados, una primera parte muy reconocible para Osasuna, con los habituales errores defensivos y con la reacción propia de sobreponerse después de ir perdiendo, hasta darle la vuelta al partido en el descanso. En esta primera parte hemos comprobado que la defensa sigue con los errores de casi todos los encuentros: los laterales suben demasiado y los centrales no saben situarse dependiendo de dónde se encuentren el balón y los contrarios; lo estamos viendo todos menos el entrenador. ¿Por qué no confiar en Herrando y Unai García? Seguro que peor no lo hubieran hecho.
La segunda parte, después de haberle dado la vuelta al encuentro, no sé qué ha pensado el entrenador. Hemos entregado tantos balones como en cualquier encuentro y así nos va, no hay forma de ganar un partido.
No me voy a meter en cuestiones tácticas o técnicas, porque ya sabemos la plantilla que tenemos, pero me gustaría haber visto en el campo las ganas de GANAR que pudimos comprobar contra el Barcelona o el Madrid. Ese es el trabajo del entrenador: motivar al grupo para superar las dificultades y ganar a equipos del mismo nivel. El gran problema que yo veo es este: el motivador para competir y ganar a los equipos de nuestra liga y los ajustes defensivos que no terminan de arreglarse en lo que llevamos de liga.
Matrícula de honor para Aimar Oroz y suspenso para la cantidad de balones perdidos a lo largo de todo el encuentro. Una vez que el equipo se pone por delante, ¿cuántos pases seguidos hemos dado en cada jugada? ¿Se ha dado cuenta el entrenador rojillo de que todos los equipos, en cuanto cogen el balón, nos buscan la espalda de los centrales y lo consiguen? Estamos hablando de un equipo que va en la clasificación en zona de descenso.
Quisiera finalizar este mal gusto de la noche con unos pensamientos que creo importantes para este mes de marzo:
¡Aúpa Osasuna!
