En lugar de intentar arrollar a un equipo rendido, le hacemos concesiones de todo tipo, incluso cuando se queda con 10

Mucho se está hablando y escribiendo de la necesidad de Osasuna de conseguir una victoria en liga porque las apreturas clasificatorias no han llegado, pero están cerca. Para este encuentro el entrenador no tiene mucho donde elegir y sabíamos cuál sería la alineación sin riesgo de equivocarnos; pero mira por dónde nos sorprende con plantar a Iker Muñoz en el sitio de Torró y a Kike Barja en banda, quizás para dar un poco de aire nuevo al equipo, no me parece mal.
Si nos centramos en el encuentro: soporífero y sin recursos para ganar, a no ser que solo quieras empatar, que es lo que sospecho, porque si no, no se puede entender todo lo sucedido en el encuentro.
Han pasado 10 minutos hasta dar dos pases seguidos; a partir de aquí hemos comprobado que dando más de tres pases seguidos podíamos hacer daño, ero no lo intentábamos, somos un equipo sin iniciativa futbolística (excepto Aimar).
En un encuentro de estas características, aprovechó el árbitro para hacerse protagonista y decir aquí mando yo; pero verás qué reprimenda le va a dar el Comité.
Como ha sido un partido tan brusco y sucio se ha visto obligado a mostrar 13 tarjetas amarillas y 1 roja, y ¿este señor pita en Europa? ¡qué desastre!
Osasuna no ha sabido o no ha querido ganar el encuentro; se veía claramente que si daba tres pases seguidos, se plantaba en la portería contraria con peligro; lo ha demostrado Barja tirando al poste, Budimir casi haciendo gol. En la segunda parte nos descaramos un poco y 1-0. A partir de este momento en lugar de intentar arrollar a un equipo rendido, le hacemos concesiones de todo tipo, incluso cuando se queda con 10 no reaccionamos avasallando más a los amarillos; es cuestión de mentalidad no tanto de juego: le ha faltado mala uva a los rojillos para ganar.
Al final en estas situaciones pasa lo de siempre, en el minuto 98 falta al borde del área, se abre la barrera y gol. Ahora no nos lamentemos de que hemos tenido mala suerte, hemos jugado 31 minutos contra 10 jugadores amarillos que han puesto mucha más fe que los rojos en ganar el partido; ¿por qué? Que responda el entrenador que tiene todas las cartas en la mano.
Menos mal que Sergio y Aimar ponen la salsa en el campo, si no estaríamos tres o cuatro puestos más abajo en la clasificación; estoy preocupado con la situación del equipo, los 40 puntos están muy lejos.