• viernes, 18 de octubre de 2024
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Opinión / Tribuna

La crítica ya no existe: se estila el borreguismo

Por José Luis Díez Díaz

Para quien manda o intenta gobernar, raramente se acepta lo de la otra parte, que tristemente suele venir envuelta en el no, porque sí.

Representación del poder y la manipulación. Imagen generada por Inteligencia Arfificial.
Representación del poder y la manipulación. Imagen generada por Inteligencia Arfificial.

Se admite o se dice que la crítica constructiva es positiva, pero no hay nada más falso, pues toda crítica es negativa. Para quien manda o intenta gobernar, raramente se acepta lo de la otra parte, que tristemente suele venir envuelta en el no, porque sí, sin convincente argumento y búsqueda del bien común.

Todo lo que acontece ya ha sucedido en el pasado, y volverá a suceder. El poder seguirá haciendo uso, más o menos descarado, del nepotismo, la corrupción, de una u otra forma o las añagazas, mentiras y manipulaciones, se les buscará la vuelta, y se justificará o se tapará con argumentos y oportunas y falaces cortinas que difuminarán la realidad, ante unos y otros.

La mayoría absoluta es sujeto pasivo de una aceptada manipulación atrincherada en sus posible “credos” o dulces mentiras, que le servirán de defensa de su tradicional e histórica postura, pues no se cambia tan radicalmente, quizás internamente se pueda ser escéptico, pero a la hora del voto se vota en contra del otro.

El enfrentamiento, llamémosle ideológico, por no darle el calificativo de “borreguísimo” está basado en el alineamiento en un determinado bando que hace que las cosas se vean de forma diferente y se justifiquen postulados y conductas que en lo privado pueden ser objeto de crítica, pero esta no se hace pública o firme, por el que dirán o sin más por no estar con el otro equipo.

Esto ocurre hasta en el ámbito deportivo, se es de un equipo, y en todo caso se está en contra de otro determinado aunque no le afecte directamente, pues no existe una justificable razón y por ello es la mayoría no razonable solo con el sentimiento la que al final decide.

La popular memoria democrática o las vox populi de siempre ahora en boga de las “hazañas” borbónicas son un ejemplo de ello, cuando el país se resquebraja, o se desclasifican oportunamente documentos “secretos”, que inundan medios afines, o se pretende controlar a los que no siguen esa “basura” ya pasada.

Quizás el momento que el país, todavía España, está pasando no sea muy esperanzador pero es posible que todo vuelva a su ser, no como antes sino adaptado al siglo XXI, con sus progresos y defectos y con una población diferente en cuanto a su composición, por su origen y formación.

Aunque Marco Aurelio en sus ” Enseñanzas para una conducta moral”, viene a decir :”Venera tu capacidad crítica, de ella depende que tu guía interior opine según la naturaleza y la razón, y añade “No malgastes lo que te queda de vida conjeturando sobre los demás, a no ser que busques un bien común”, personalmente creo que no hay que desfallecer, tener fe y optar por esa crítica razonada, a veces descarnada, y consciente que colabore al bien común. 

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