Mi gran duda es la fluidez del tráfico y la capacidad de la vía citada, con disminución de la velocidad, pero con la contrapartida negativa, en esta importante avenida, para la eficacia y celeridad de los servicios de urgencias sanitarias.

Quizás no tengan que acarrear una opinión negativa total, las obras que motivan la “reurbanización” (proceso de regeneración y revitalización de un área urbana para mejorar calidad de vida de sus habitantes) en las calles citadas y las que sigan, dentro del plan municipal, pues algunas de las actuaciones me parecen acertadas dentro de ese concepto de “reurbanización”.
El tendido de la mini-capa uniforme de rodadura, las zonas ajardinadas (habrá que ver coste de conservación y gasto de agua) los albañales de pluviales, los alcorques y protección del arbolado, la señalización horizontal (el pavimento negro asfáltico como el papel aguanta todo) o la delimitación del carril bici, aunque alguna isleta o separación no sea la más idónea, en cuanto a diseño, dimensiones, y desnivel, pero el conjunto a mi juicio como usuario, en el caso concreto de la Avenida de PIO XII me ofrece por ahora, una agradable panorámica.
Mi gran duda es la fluidez del tráfico y la capacidad de la vía citada, con disminución de la velocidad, pero con la contrapartida negativa, en esta importante avenida, para la eficacia y celeridad de los servicios de urgencias sanitarias, dada la ubicación del complejo hospitalario público y privado. No dudo que la competencia de los políticos y técnicos responsables, ya que no están finalizadas las obras, tendrán prevista la alternativa oportuna para este tipo de emergencias y otras que se puedan plantear.
Como final, un ruego al gobierno municipal, le sugiero la convocatoria de unos cursos para vecinos, sobre todo mayores, al objeto de agudizar su sentido visual, capacidad de reacción y repentización, cuando se apean del bus para acceder a la acera, o cuando van a echar la basura, con la mente en la elección y manipulación del contenedor, y tener los reflejos suficientes para intuir el lado del vendrá la bici o patín, y evitar ser arrollados. Extensible también a los conductores que acceden al garaje o salen del mismo, pues el buen estado del pavimento incrementa la velocidad de bicis y similares, a pesar de los pasos de cebra, siendo un riesgo incorporarse a la calzada. Me reafirmo en lo de “Peatón más seguro por la calzada.”