Cuesta de Santo Domingo, Pamplona. Día 18 de febrero, 11.30 horas de la mañana. No es San Fermín, pero los agricultores y ganaderos navarros quieren convertir las calles del Casco Antiguo pamplonés en un auténtico encierro simulado para protestar por la situación que viven en el sector.
De hecho, animan a acudir completamente ataviados de blanco y rojo, para que la estampa sea más auténtica y llamen más la atención. Los seis toros ya están preparados, en forma de tractores que acudirán a Pamplona para que el ruido de sus motores eleve el volumen de la protesta y consiga traer los cambios que reclaman.
A través de las redes sociales, los afectados llevan varios días tratando de movilizar a los miembros del sector primario de la Comunidad foral. Uno de ellos es Julián Esquíroz Lecumberri, que se grabó un vídeo vestido con el atuendo de San Fermín para reclamar el apoyo de sus compañeros.
"He estado viendo todos los vídeos que habéis mandado y tenéis toda la razón del mundo. El día 19 hay encierro, y a las 11.30 horas, ahí os espero a todos en la cuesta de Santo Domingo para liarla parda. Yo ya he buscado todo mi uniforme. Si subís de blanco, sería un puntazo. Yo así lo haré", expone en el vídeo.
Esquíroz solo es uno de los miles de agricultores y ganaderos que en toda España van a protestar por la situación que sufren, con unos precios de venta de sus productos que hacen imposible su supervivencia.
Además, apunta que la opinión pública tiene una imagen de ellos que no se corresponde con la realidad. "Para el común de la población, el agricultor y el ganadero son el más mafioso del mundo, el más desgraciado, el que más contamina al medio ambiente, el que hace todo lo malo...", exagera, para trasladar con ironía el rol que tienen que asumir, cuando "realmente, el agricultor es de los pocos que se preocupa por el medio ambiente".
DIFERENCIA DE PRECIOS
Gran parte de la problemática que afrontan se basa en la gran diferencia de precios entre sus ventas y la adquisición final por el consumidor. "Hay que tener en cuenta nosotros, por ejemplo, recogemos nuestras naranjas y nos dan 20 céntimos, pero luego vas a comprarlas y te cuestan tres euros. Estamos viviendo con precios de hace mil años, y la manifestación de este miércoles es nuestra manera de reivindicar nuestra posición", subraya.
Asimismo, destaca los problemas a los que tienen que hacer frente a diario. "Yo esta misma mañana he llegado a la cuadra y tenía a una vaca de parto, que solo crían una vez al año. Tenía gemelos, pero, desafortunadamente, estaban los dos muertos. Y hasta el año siguiente, esa vaca no me pare, y come igual que la que sí ha parido y ha criado a su ternero. Esa carne, hace 40 años, nos la pagaban a 650 pesetas el kilo, y comprábamos un tractor y nos costaba 500.000 pesetas. Ahora, compras un tractor y te cobran 150.000 euros, pero la carne sigue valiendo lo mismo", afirma.
En este sentido, incide en la coyuntura de los diferentes precios. "A mí me pagan el ternero a 3,8 euros el kilo, y si tú vas a la carnicería, lo más barato que la tendrás es a 10 euros. Y si vas a comer chuletas o solomillo, ni te cuento. Si al ganadero le pagaran 20 céntimos más el kilo, ya sería una gran alegría. Para el consumidor final, 20 céntimos no significa tanto. Te importa, porque todos queremos comer bueno y barato, pero 20 céntimos no repercute tanto. Sin contar los márgenes que se quedan por el camino", asegura.
La manera que han encontrado para llamar la atención de la sociedad es montar un encierro simulado, tal y como describe: "Vamos a llevar seis toros, en forma de seis tractores. El Ayuntamiento de Pamplona nos había dado permiso para llevarlos, pero esta mañana nos ha dicho que tienen que ser vehículos de menos de dos metros y medio de ancho. Nuestro tractores, los de cosechar cereales, son mayores. Pero hemos conseguido de los que se usan para la viña, y los seis toros estarán en Santo Domingo, así que pedimos a la gente que acuda de blanco y rojo".
Para este agricultor y ganadero navarro, que cuenta con una explotación en Urbicáin en la que cultiva trigo, cebada, borraja y avena, y en la que posee ganado vacuno de carne, se trata de una protesta para denunciar una situación que ya ha llegado al límite, insostenible.
