Cada 22 de diciembre, España ha detenido la respiración ante el bombo del Teatro Real. Millones de personas han seguido el Sorteo Extraordinario de Navidad esperando escuchar una cifra concreta: el número del Gordo, el premio más deseado del año. Entre el 00000 y el 99999, todas las combinaciones han tenido exactamente la misma probabilidad de ser agraciadas: un 0,001%.
Aunque la estadística ha recordado que todos los números parten con opciones idénticas, la historia y la superstición han alimentado cada año la idea de que algunos poseen más “suerte” que otros. Esta mezcla entre probabilidad y romanticismo ha impulsado una pregunta inevitable: ¿es posible predecir el número ganador? Pues la inteligencia artificial lo ha hecho.
Durante más de dos siglos de sorteo, los expertos han insistido en la misma idea: la probabilidad no tiene memoria. Una cifra que no ha salido nunca no es más ni menos probable que otra que ha sido premiada varias veces. Sin embargo, la evolución histórica del sorteo sí ha dejado curiosidades que han llamado la atención: patrones repetidos, terminaciones frecuentes y series especialmente premiadas. No sirven para asegurar una predicción, pero sí han ofrecido un retrato aproximado del tipo de número que suele ganar.
Si alguien intentara dibujar un perfil estadístico del Gordo basándose únicamente en la historia del sorteo, ese “retrato robot” se acercaría a estas características:
La terminación más repetida ha sido el 5, con una presencia histórica muy superior al resto.
Las terminaciones dobles más premiadas han sido el 85 y el 57, con varias apariciones destacadas.
En los últimos años, los Gordos han caído con más frecuencia en millares altos, especialmente por encima del número 50.000.
Los números pares en su conjunto han aparecido ligeramente más que los impares.
Además, el desarrollo de inteligencias artificiales ha permitido jugar con algoritmos que han analizado miles de sorteos. Una de estas herramientas ha sugerido que el número con mayor probabilidad teórica para 2025 podría ser el 24.579, un número “intermedio”, con inicio par y final impar. No pretende ser una predicción exacta, pero sí un experimento curioso a partir de datos históricos.
Si se atendiera únicamente al peso de las tendencias que más se han repetido en la historia, la combinación más “atractiva” para quienes buscan patrones podría ser 73.185. Este número se encuentra en un millar alto, termina en 85, una de las terminaciones dobles más repetidas, y finaliza en 5, el reintegro con mayor presencia histórica. Su perfil responde a lo que muchos compradores han considerado como “un número con suerte”.
Sin embargo, la esencia del Sorteo de Navidad ha demostrado siempre que no existen reglas infalibles. Lo que ha hecho único al Gordo es precisamente su igualdad absoluta: cualquier décimo puede cambiar la vida de alguien, sin importar dónde lo haya comprado o qué terminación tenga. La magia del sorteo no reside en acertar la cifra correcta, sino en la esperanza compartida de que pueda tocar.
Por eso, elegir un número ha sido cada año un ritual personal. Algunos han comprado el mismo año tras año, otros han escogido fechas especiales, y muchos han confiado en el número que simplemente les ha dado la máquina. Y todos han tenido la misma posibilidad: una entre 100.000.
Quizá la predicción más sensata sigue siendo la misma de siempre: compre el número que le haga ilusión. Con historia, superstición o simple azar, la suerte nunca ha necesitado explicación.
