Agentes de la Policía Nacional han detenido a ocho personas en la provincia de Ourense como presuntas autoras de al menos 28 delitos de amenazas, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales por extorsionar a víctimas de toda España, incluida Pamplona, a través de páginas de citas, haciéndose con un botín de 71.600 euros. Los presuntos autores, siete hombres y una mujer, fueron detenidos el pasado 16 de noviembre de forma simultánea en las localidades de O Carballiño y Ourense.
Desgraciadamente no es el primero ni el último caso similar: el pasado mes de octubre, la Guardia Civil desarticuló por una denuncia interpuesta en Navarra una banda que extorsionaba a ciudadanos exactamente con el mismo modus operandi.
Los investigadores creen que habrían participado hasta 18 personas en toda España, además de una persona que no ha sido identificada desde el extranjero.
Según las pesquisas, el grupo estaría organizando una "nueva campaña” de amenazas. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones, ha informado la Comisaría Provincial este viernes.
La investigación arrancó el 31 de octubre pasado después de que el grupo de delitos tecnológicos de la brigada provincial de la Policía Judicial de Ourense recibiese una denuncia de un vecino de Málaga que denunciaba que le habían exigido 1.500 euros tras haber contactado telefónicamente con chicas de compañía, a través de una página de contactos, aunque finalmente no llegó a concretar una cita para mantener relaciones sexuales.
Las víctimas procedían de diferentes localidades como A Coruña, Alicante, Burgos, Córdoba, Granada, Gran Canaria, Huelva, León, Madrid, Málaga, Murcia, Pamplona, Ourense, Pontevedra, Salamanca, Sevilla, Valencia, Tenerife y Zaragoza.
El modus operandi que utilizaba el grupo criminal consistía en anunciar teléfonos en páginas web de citas. Los potenciales clientes contactaban con las mujeres que ofrecían servicios sexuales pero no llegaban a concertar cita alguna.
A partir de ese momento la organización se hacía con los teléfonos de las víctimas y les exigían el pago de una cantidad determinada y, en caso de no darles el dinero, las amenazaban de muerte.
"Si se niega a pagar los sicarios irán a por ti", “si no pagas te mataremos a ti o a un familiar tuyo”; eran algunas de las amenazas que utilizaban los miembros de la organización, quienes incluso les enviaban fotografías donde se veían armas de fuego, miembros corporales amputados y videos de ejecuciones.
Las víctimas ingresaban el dinero bien mediante transferencia bancaria o un ingreso en efectivo en cajero o a través de empresas de transferencias monetarias o plataformas de pagos móviles tanto en entidades bancarias españolas y extranjeras. Realizado el pago los autores les exigían más abonos en contactos posteriores.
Fuentes policiales han confirmado que los pagos realizados iban desde los cien euros hasta los 36.500 euros que pagó una sola víctima, que además intentó suicidarse.
La cantidad total estafada llegó a 71.600 euros en un plazo de poco más de un año.
En los registrados practicados en O Carballiño y Ourense fueron intervenidas tarjetas y terminales telefónicos, material informático y numerosa documentación.
