- lunes, 02 de diciembre de 2024
- Actualizado 21:08
El pasado mes de julio mi hijo Mikel, de seis meses de edad, fue víctima de la burocracia de la administración al ser despojado de la asistencia sanitaria universal y gratuita.
Al solicitar una cita, en el Centro de Salud San Juan, nos dijeron que ya no tenía un pediatra asignado y que la atención primaria a partir de ese momento era de pago para él, como lo oyen "de pago", porque lo habían catalogado como paciente con "cobertura privada y sin derecho asistencial", al quedarnos estupefactos exigimos que nos lo certificaran por escrito y tras un largo rifirrafe en la ventanilla logramos obtener el documento.
Por lo visto, debido a una incompetente comunicación entre administraciones, que dejó sin efecto su tarjeta sanitaria, la solución que adoptaron el Servicio Navarro de Salud y la Seguridad Social fue excluirlo del servicio público de salud.
¿Existe mayor indefensión que quitar la atención médica a un bebé lactante? ¿Qué pasa por la cabeza de unos funcionarios que, en lugar de proteger al menor, justifican este despropósito ante unos padres atónitos? ¿Es legal hacer esto?
Mi hijo estaba teniendo el seguimiento normal de su pediatra con las vacunas, la alimentación, el desarrollo, con citas pendientes y con recetas activas, durante seis meses hasta que alguien consideró que su situación administrativa era abusiva para el sistema y sin previo aviso recibió el mayor recorte de derechos que tendrá en toda su vida (aunque con los tiempos que corren en la política puede que sea algo aventurada esta afirmación).
Es inaceptable que un servicio público que ha puesto en marcha la "Estrategia de humanización del sistema sanitario público de Navarra" pueda expulsar y dejar en situación de abandono a un bebé solo porque alguien no hizo bien su trabajo, como también es inaceptable el celo que ponen algunos de sus trabajadores para defender al sistema del propio contribuyente, pero lo más grave de este asunto es que se habilite que, de forma arbitraria, se pueda privar a un ciudadano de la sanidad pública, sin avisar, cuando es un derecho fundamental del que disponen hasta las personas que se hallan en situación ilegal.
Resulta paradójico que el mismo servicio que te ha traído al mundo te eche por la puerta de atrás, a los seis meses, porque no te conoce.
Carta al director enviada por Javier Viguria Alegría.