Esta ponencia se celebrará el 23 de diciembre. Problemas de salud y de agenda del filósofo y ensayista Juan Miguel Bofarull obligan al aplazamiento. Esta información se escuchó gracias a la megafonía y, además, la pudieron leer las personas inscritas a través de los mensajes que recibieron en sus correos electrónicos y teléfonos móviles.
Acalorados por la noticia, y por las elevadas temperaturas propias del calendario, el recinto se vació rápidamente entre lamentos y esperas. A corto plazo, el único reto que tenían los asistentes era paliar la ola de calor, así que unos se abanicaban con el programa de actos y otros lo utilizaban a modo de visera para protegerse de la agresividad solar.
El tiempo pasa deprisa. Por lo menos, eso dice la calle y así lo demostró el calendario. Transcurrieron cuatro meses y aquel texto en el que se citaba el aplazamiento se metamorfoseó en otro: La clausura de los Cursos de Verano tendrá lugar hoy, 23 de diciembre, a las 20:00 h., bajo el título ‘Los retos del siglo XXI’, con la presencia del filósofo y ensayista Juan Miguel Bofarull.
Esa víspera de Nochebuena resultó típica de las fechas en lo meteorológico: frío, aguanieve, descenso de la cota de nieve, temperaturas bajo cero, uso de cadenas en la red secundaria, nivel amarillo, moda de invierno en los escaparates..., y en el ambiente. Podía haber una diferencia térmica de treinta grados el día de la clausura del Curso de Verano, en diciembre, respecto a la fecha inicial programada cuatro meses atrás, allá por agosto.
Juan Miguel Bofarull agradeció a las ciento cuarenta almas su presencia, su espera y se disculpó. “Siento que una migraña me forzara a aplazar este evento. Lo lamento de veras”. El respetable respondió con aplausos, poco antes de comenzar una interesantísima intervención de dos horas. Y durante la ponencia del Curso de Verano se produjo un fenómeno inexplicable: desapareció el frío y el aguanieve, hubo un ascenso de la cota de nieve, temperaturas muy elevadas, el asfalto parecía una sartén rusiente, moda veraniega en los escaparates..., y en el ambiente, parte del público se abanicaba con el programa de actos y otros lo utilizaban a modo de visera para protegerse de la agresividad solar. Y cuando el filósofo y ensayista terminó su intervención y se clausuró el Curso de Verano Los retos del siglo XXI, comenzó a nevar y el mercurio descendió bruscamente.
Ideación de Curso de verano
Este relato surge tras leer en Internet que se iba a celebrar un curso de verano, sí, de verano, a mediados de octubre.
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