Se llamaba Venetia Katerine Douglas Burney y apenas tenía once años. Su abuelo, Falconer Madan, era el bibliotecario de la célebre Biblioteca Bodleiana ubicada en la Universidad de Oxford y una de las más antiguas de Europa.
Antes de acceder Venetia por primera vez a esta institución tuvo que jurar, como así está instaurada, la siguiente declaración:
‘Juro no sacar de la Biblioteca, ni marcar, modificar o dañar de modo alguno ningún volumen, documento u otro objeto perteneciente a esta Biblioteca o bajo su custodia, o dañarla bien sea por el fuego o por la llama, y no fumaré en la Biblioteca, y prometo obedecer todas las normas de la Biblioteca’.
Una vez concluido tal protocolo su abuelo le preguntó cuál era la estantería de todas las que se le presentaban que deseaba curiosear en primer lugar. Inmediatamente, la pequeña señaló la del fondo sita en la tercera planta. Astronomía.
Ambos llegaron a la zona señalada por Venetia y ésta comenzó a buscar ejemplares de gran formato con imágenes del universo.
Su abuelo, sentado en una silla cercana, leía The Times.
La pequeña susurraba:
- Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno…
-¡Caramba! –exclamó el anciano. Aquí dice que han encontrado un nuevo planeta en el sistema solar. A ver…espera… ( siguió leyendo). Ja! Y dice que aún no le han puesto nombre…
-Urano, Neptuno y…Plutón –sentenció Venetia.
-¿Cómo has dicho, hija mía? –señaló el abuelo Falconer levantando la vista del periódico.
- Yo llamaría al nuevo planeta, Plutón.
Tal día como hoy, es decir el 14 de marzo pero de 1930, la pequeña de once años Venetia Phair (apellido que adquiriría al contraer matrimonio) mencionó por primera vez el nombre del noveno planeta del sistema solar.
En el observatorio Lowell erigido en Arizona un joven astrónomo estadounidense llamado Clyde Tombaugh descubrió este planeta hoy denominado planeta enano.
Fue de la forma más simple. A través de dos placas fotográficas, Clyde, comprobó que en la segunda había un objeto que se había movido con respecto a la primera imagen. Ese objeto sería Plutón.
En la mitología romana, Plutón era el dios del inframundo. Su equivalente en la mitología griega era Hades, aunque todo sea dicho Plutón era más benigno.
Pero regresemos a la Biblioteca.
El abuelo de Venetia, al escuchar por primera vez el nombre del planeta Plutón, lo apuntó en el mismo periódico The Times. Observaba a la niña sentada en el suelo desplazar su dedo índice de planeta a planeta por el libro del universo. De Marte a Venus, de Júpiter a Urano, de Urano a Mercurio…
La tarde del 14 de marzo llegó tal y como llegará la de hoy. Era una tarde casi de primavera y el anciano se puso en contacto con su buen amigo el sismólogo y astrónomo, Herbert Hall Turner. Los ojos de Herbert se iluminaron como dos estrellas de iris al escuchar el nombre. Remitió un cable a sus colegas del Observatorio de Lowell y un mes y medio después de tal día como hoy de 1930, el noveno planeta fue denominado Plutón.
Pasarían muchos años (2006) antes de que éste fuese catalogado como planeta enano junto a Haumea, Makemake y Eris y abandonase la etiqueta de noveno planeta.
Una nueva nave, ‘New Horizons’, llegó a Plutón el 14 de Julio de 2015. Nueve años después de su lanzamiento. Está cubierto por nieve de metano y tiene un precioso satélite llamado Caronte.
Venetia falleció en 2009. Su abuelo le premió con un billete de cinco libras el día que el nombre del planeta fue formalmente adoptado.
Un asteroide (6235) tiene su nombre.
El otro día visité un centro docente y mientras esperaba a que los profesores organizasen a los niños para mi visita, en la clase contigua una maestra recitaba los planetas. Se frenaba en Neptuno. Yo sé que en silencio dijo Plutón.