Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio (El Principito de Antoine de Saint-Exupèry).

Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio (El Principito de Antoine de Saint-Exupèry).
Hablemos mal, pero amemos.
Besemos en este agosto
de orquídeas blancas
nuestros veranos azules;
Nuestras pieles mojadas
de olas de hueso y plata.
Bailemos mal, pero amemos.
Juguemos en la arena
que hoy se posa así,
-tan rosada-,
y cantemos dentro
de las caracolas que hallemos.
Pero amemos, mi aire,
amemos juntos los lirios
y las moradas violetas
y las rosas que encontremos.
Y soñemos, mi brisa,
soñemos los imposibles,
las alianzas doradas
y con hoteles en las estrellas
con vistas solo a ti.
Pintemos mal, pero amemos.
Dibujemos el corazón
de la manzana
y la maravilla exacta
y el mañana.
¡Eso! Mi suspiro.
Dibujemos juntos el mañana.
Azulemos besos.
Caminemos adverbios.
Cacemos luciérnagas.
Mi soplo, mi viento.
Amemos por siempre juntos.
Eternamente.
Hasta el subjuntivo.
*Dedicado a los que hablan en subjuntivo. Yo no te juzgo.