La cinta francesa sobre un juicio consigue colarse entre el mejor cine del año
- martes, 30 de abril de 2024
- Actualizado 07:23
Hay dos títulos que salieron de Cannes con mucho entusiasmo por parte de la crítica, las dos con la misma actriz protagonista, Sandra Hüller. Una es “La zona de interés”, sobre una familia que vive cerca de un campo de concentración que la podremos ver en enero y la otra es “Anatomía de una caída", un thriller original que a pesar de un ritmo tranquilo y personajes ordinarios acapara nuestra absoluta atención durante dos horas y media. Se estreno el pasado 6 de diciembre y podéis verla en los cines Golem Baiona.
Sinopsis: Sandra, una escritora alemana, vive con su marido Samuel y su hijo ciego, Daniel, en un chalé en medio de los Alpes franceses. Cuando Samuel fallece en misteriosas circunstancias, la investigación no puede determinar si se trata de un suicidio o de un homicidio. Sandra es arrestada y juzgada por asesinato, y el proceso pone su tumultuosa relación y su ambigua personalidad en el punto de mira.
Los dramas judiciales a pesar de ser muy teatrales (son muy efectivos con una sola localización y pocos personajes) son también icónicas en el cine gracias a ejemplos como “12 hombres sin piedad”, “Matar a un ruiseñor” o “Esencia de mujer”. Normalmente, la tensión por la resolución de “quién lo hizo” hace que el espectador “tolere” mejor de lo normal mucho diálogo y poca de acción.
“Anatomía de una caída” es ese típico drama judicial, pero con una sobresaliente ejecución y originalidad en varios aspectos. Uno de los muchos motivos por los que el film resulta tan satisfactorio es que utiliza un género conocido y comercial como medio para hablarnos de lo que realmente le interesa a su directora y guionista, Justine Triet. La búsqueda del culpable satisface la atención más inmediata, pero es la vida de esta simple familia la que hace que un caso con tan pocos elementos resulte tan bueno.
Ayuda que los actores sean muy buenos, que el guion a través de preguntas y respuestas nos haga imaginarnos un matrimonio que nunca vemos del todo y algunas decisiones de edición que hacen que simplemente resulte un gusto disfrutarla y poderla recomendar sin asomo de duda.
