La cinta ha despertado rechazo de los franceses, historiadores y de Arturo Pérez-Reverte.
- viernes, 06 de diciembre de 2024
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La cinta ha despertado rechazo de los franceses, historiadores y de Arturo Pérez-Reverte.
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Ridley Scott es un gran director de 84 años con una proliferación para hacer películas que a veces puede funcionar en su contra. Hace poco, cuando le hacían comparaciones con Scorsese, decía: "en lo que ha tardado en hacer la última, yo he hecho 4". Y es cierto, desde 2019 el director que comenzó en la publicidad (hizo el anuncio más famoso de la Historia, '1984') ha rodado: 'La casa Gucci', 'El Último Duelo', 'Napoleón' y la mitad de 'Gladiator 2', que ahora retoma tras la huelga de actores. Scorsese podría decirle que el impacto cultural de una suya a veces supera a varias de Scott.
En una filmografía de 28 películas todas cuentan con gran épica, reflejada en la historia y en la imagen. Como suele ocurrir, las más importantes las podemos ver sobre todo al inicio de su carrera con algunos títulos que cambiaron el cine para siempre: 'Los Duelistas' (1977), 'Alien' (1979), 'Blade Runner' (1982), 'Thelma & Louise' (1991) o 'Gladiator' (2000). Su brillantez es más visible cuando el director consigue introducir la épica en las historias más pequeñas y no cuando tiene recursos ilimitados. Apple financió el film de Bonaparte con una suma superior a los 200 millones mientras que su primera película (centrada en la misma época con personajes desconocidos) costó menos de 1 millón. En el siglo XXI muchas de sus cintas han decepcionado en taquilla con alguna excepción como The Martian (2015).
Ayer vi la película. Para quien sepa poco sobre el personaje, puede resultar interesante. A quien lo conozca, la asombrosa ausencia de rigor histórico, político y militar puede parecerle, como a mí, un disparate indigno del hombre que dirigió la obra maestra "Los duelistas". pic.twitter.com/qzcVMblTFs
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) November 26, 2023
Napoleón funciona como film comercial; es entretenida y muy eficiente. Sin embargo, ante la inmensidad de todo lo interesante de la vida de Napoleón, Scott parece haberse centrado en su relación con su esposa Josephine. Y aunque ésta puede ser una vía para conocer una faceta más íntima, directamente ensombrece algunas de los aspectos que hacen que su protagonista siga generando asombro. Especialmente, su infinito ingenio para la estrategia.
El personaje interpretado por Phoenix parece que simplemente asciende por accidente. Hay poco que refleje que su victoria en Austerlitz siga siendo estudiada hoy, que estudiase todos los libros existentes sobre la topografía rusa o las alabanzas de sus enemigos. El duque inglés Wellington, dijo que cuando Napoleón se encontró en las circunstancias menos favorables, fue cuando se reveló su verdadera maestría. Tal era su destreza que su gran derrota en Waterloo hubiera sido una victoria si los rusos hubieran tardado media hora más en llegar.
Stanley Kubrick escribe en su guion que nunca llevó a la pantalla:
'A su alrededor, las arenas cedían, pero Napoleón contraatacó y contraatacó con una brillantez que Wellington, mucho más tarde comentaría: "El estudio de la campaña me ha dado una idea de su genialidad más que cualquier otro aspecto". Durante dos meses, el pequeño ejército de Napoleón puso en aprietos a los nerviosos y descoordinados ejércitos aliados a marchas rápidas y ataques sorpresa en sus flancos y retaguardia.
Pasan tantas cosas que la cinta obvia, que hace que sea entretenida para quien no conozca la historia, pero que el que tiene alguna idea se vaya con sensación de vacío. Y ese es el mayor fallo de la cinta, no encontrar un mecanismo narrativo que nos contextualice sobre la situación. El guion de Kubrick que nunca rodó tenía voz en off y animaciones constantes del mapa europeo. La cinta sobre la crisis financiera, "La gran apuesta", presentaba a actores famosos explicando a cámara lo que ocurría y que quería decir cada cosa.
Por suerte, nunca tiene el letargo del “Alejandro Magno” de Oliver Stone, pero parece que las tres opciones para contar bien la vida de una personas tan importante son: en una miniserie, en una película que trate sobre un conflicto muy concreto de su vida o un guion de acero que se mueva tan dinámico como el “Oppenheimer” de Nolan que vimos este año.