• jueves, 18 de abril de 2024
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Opinión / Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

Demagogia, el pan de cada día

Por Carmen Tomás

La semana pasada abordábamos la demagogia y la falsa alarma social que se está creando a cuenta de la subida de la luz.

Parece que algunos han acabado de entrar en razón y les están, por fin, contando a los ciudadanos la realidad de su recibo de la luz en función de su tarifa contratada y de los componentes de la factura, casi el 70 por ciento, que no es consumo y que por tanto no afectarán a su pago.

La realidad y la verdad se han impuesto y ya más del 50 por ciento de los consumidores saben que tienen tarifa plana o bono social y que no se van a ver afectados. Por fin, ya muchos están en el verdadero debate que no es otro que tomar medidas si cabe sobre las causas que hacen de España uno de los países de la UE donde la energía es más cara y que son la cantidad de decisiones políticas que se pagan mediante el recibo de la luz.

Esta semana toca otro debate con más dosis de demagogia si cabe. Los sindicatos han logrado arrastrar al PSOE al debate de la renta básica. Parece que dadas las recomendaciones, el coste de la medida rondaría los 11.000 millones de euros.

La propuesta que entrará en el Congreso nos cuenta que las personas que no tienen ningún tipo de ingreso o llevan mucho tiempo buscando trabajo se merecen que el Estado les de una subvención, subsidio o renta.

No se cuenta que en España existe desde hace años la renta mínima de inserción. De hecho, en 2014 se gastaron en ella casi 1.200 millones. Las encargadas del control y abono son las Comunidades Autónomas. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el año pasado la prestación fue de 400 euros por persona que se elevaba al máximo, el SMI, si hablamos de dos personas o más.

Hay que decir además que en ningún país del mundo, a pesar de que se han hecho experimentos y muchos estudios, está implantada la renta básica. De hecho, en Suiza no hace mucho fue rechazada en referéndum.

Está empíricamente demostrado que es un incentivo perverso para la búsqueda de empleo y formación, aumenta la economía sumergida y desplaza a millones de personas a una vida subsidiada sin más esperanza que el cobro de un subsidio estatal. Parece que el PSOE sigue necesitando radicalizarse para demostrar que es muy de izquierdas, en lugar de tender a parecerse más a una socialdemocracia europea seria.

Los problemas de paro y escasa formación de las personas para encontrar un empleo no se solucionan con subsidios. ¿Hay alguien en ese partido que les aconseje abandonar la demagogia y afrontar de forma rigurosa los problemas de España? De momento, no parece.


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