• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión / Desde el periscopio

Cafeteando

Por Cartas desde mi submarino en el Arga

Ayer fondeé mi submarino Foralico en Huarte, junto al Hotel Iriguibel ya que los domingos que mis obligaciones me lo permiten, me gusta cafetear con los diferentes grupos que quedan bien en la gasolinera bien en el Panadero de Eugui para hacer sus rutas. 

Son las 7.55h. Con la puntualidad propia de un comandante de submarinos entro en la cafetería del Hotel Iriguibel y con la misma puntualidad cinco minutos mas tarde entra Maricarmenlamotera con otra amiga a las que poco a poco se les van uniendo otras tres hasta conformar el grupo completo de moteras llamado “Abuelas Intrépidas”. Y es que  para formar parte de este grupo solo se exigen dos cuestiones, ser abuela y motera. Y todas ellas lo son. 

Maricarmen me cuenta que hoy van a tirar hacia la Ribera y que ya irán viendo la ruta que hacen, pero que quieren estar en casa para la una del mediodía, que a todas les llegan luego los hijos y los nietos para comer y hay faena que preparar. Me llama la atención que no dice hijos, hijas, nietos, nietas… pero es que Maricarmenlamotera y sus amigas son gente seria que no tiene tiempo para chorradas, dicen. Disfrutamos de una agradable conversación, terminamos nuestros cafés y cada una de ellas monta sobre una de esas motos que suelen salir en las películas americanas que las conducen tipos rudos, grandes, barbudos e hipertatuados. Pues las mismas motos pero cada una con una abuela encima. Y tienen gracia, todas ellas llevan una coleta pegada a su casco como queriendo dejar bien a las claras a todo el que se cruce, de que son mujeres. Y viéndolas cabalgar sobre sus enormes monturas de hierro hacia el horizonte, pienso que cualquiera de ellas hace infinitamente mas por la causa femenina que todas las Irenes Montero y Belarras juntas con sus descacharrantes y peregrinas ideas. 

Las despido levantando la mano y cruzo la calle hacia el panadero de Eugui, donde ya están Koldo y sus Kolegas. Son aberchales ciklistas y por eso todos llevan la ikurriña por todo. Bueno, al menos por todo lo que se ve. Su grupo ciclista se llama Bidegorri Orain que quiere decir algo así como que carril bici ya. Me pido otro café y me uno a ellos. Están hablando de que tendrían que circular ellos, los ciklistas, de cinco en fondo, como las legiones romanas. Lo de las legiones lo he dicho yo, que a ellos no se les okurre… , de cinco en fondo para que así les vean bien todos los de los camiones, los coches y las motos que son todos unos p… fatxas. Que la carretera es de todos así que que se jodan mecaguenlanosequé y un montón de barbaridades más. Y es que si quieres ser un buen aberchale se tiene que notar en la misma forma de hablar. Así, sus conversaciones son un sándwich de reivindicaciones y exigencias entre un kaixo y un agur y todo ello aderezado por un sinnúmero de barbaridades, palabrotas y blasfemias que si no, puede parecer que no eres lo suficientemente matxo y entonces no puedes pertenecer a la kuadrilla. 

Koldo propone, para conciliar el asunto de las carreteras, que se construyan, paralelas a todas las carreteras de euskalherria un montón de  Karreterarikgorris para las bicis. Eneko aplaude y dice que le encanta, que seríamos el primer país del mundo en tener karreterarikgorris y un ejemplo a seguir por otros países de segundo nivel como EEUU, Noruega, Suecia y demás y que Gora Euskadi!!! Y claro, que yo no soy de piedra y con semejante proyecto y explosión de ánimo me he venido arriba y les he propuesto que cambien el nombre del grupo y que pase a llamarse KarreterarikEz Orain. Y creo que he metido la pata, porque me han mirado con esa extraña mirada y hosco gesto con el que mandan a la gente a Kamporá. Y por lo que pueda ocurrir, vaya a ser que efectivamente me manden a Kamporá y teniendo en cuenta que yo necesito una buena fuente de agua para mi submarino Foralico, me he metido ipso facto en google maps a ver dónde está Kamporá y no sale. Pero claro, teniendo en cuenta que mandan allí a todos los que no piensan exactamente como ellos, igual no es un sitio y resulta ser un planeta o algo así… lo investigaré. 

Regreso de mis pensamientos y los veo subiéndose a sus bicicletas rojas verdes y blancas a la vez que me gritan: Agur, agur! Y yo, pretendiendo arreglar la metedura de pata anterior, me vengo arriba y les grito: AGUR, ITOIZ EZ, PRESOAK KALERA, BARCINA KAMPORA, AGUR!!!

Todavía estaba con el brazo en alto despidiéndoles cuando noto que alguien me toca en el hombro y me saluda: ¿Qué pasa tío? Es JAFeldelavespaporlanieve que llega puntual a su cita de las 9h con el resto de su grupo motero. Estos se llaman Cutos Forales, creo que emulando a los moteros de la película norteamericana Cerdos Salvajes. Y si, algo se parecen. Mediana edad, alguno algo más que mediana y todos con una buena montura entre las piernas. Van llegando los distintos miembros del grupo, los cafés se suceden, planos, mapas, móviles, webs de rutas, apps de rutas, blogs de rutas… y tras media hora de sesudos análisis y tiradillas de unos a otros, todos se ponen de acuerdo en que ya es hora de partir y de que no tienen ni puñetera idea de a dónde van ni por dónde. Que ya se comunicarán por los interfonos aunque a la mitad no les funcionan y la otra mitad no tienen. Y así parten en dirección contraria a la Abuelas Intrepidas. 

Y rumiando mis pensamientos yo también parto, tres veces cafeteado, hacia mi submarino Foralico, que de alguna manera se parece a estas motos ya que en ambos casos lo importante no es tanto a dónde vas y por dónde sino el mismo hecho de ir. Es lo que se llama vivir.

Me introduzco en el submarino, cierro la escotilla, anuncio inmersión y procedo. 


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