• jueves, 18 de abril de 2024
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Opinión / Fue director del Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo (OIVT) de la Fundación San Pablo-CEU.

Algo más que coser

Por Cayetano González

Durante mucho tiempo se ha comprobado que las dos cuestiones que más castigaban a los partidos políticos por parte de los electores eran, por un lado, las divisiones internas, las peleas entre ellos, y por otro, la corrupción.

Pongo el tiempo del verbo castigar en pasado, porque a tenor de lo visto en los últimos tiempos, lo de que la corrupción sea un motivo de castigo electoral ha quedado muy en entredicho. La hegemonía del PSOE en Andalucía o del PP en la Comunidad Valenciana a pesar de los escándalos de los ERES o de la trama Gürtel es un claro ejemplo de ello.

Sin embargo no está tan claro que esa falta de castigo suceda en lo que se refiere a las divisiones o peleas internas. Dos casos en nuestra reciente historia: el de la UCD o el más cercano de UPyD. Por eso el PSOE, o lo que queda del mismo, debería estar muy preocupado -y seguro que las personas sensatas que hay en ese partido lo están- por el lamentable y bochornoso espectáculo dado a lo largo de la semana pasada y especialmente durante el sábado con el aquelarre de Comité Federal que terminó con la dimisión del hasta ahora secretario general Pedro Sánchez.

Decía la lideresa socialista de Andalucía, Susana Díaz, en vísperas del citado Comité Federal, que el PSOE de su región estaría siempre para ayudar a coser lo que hiciera falta en el seno del partido.

Me temo que lo que necesita el partido fundado por Pablo Iglesias -el verdadero, no confundir con el líder de Podemos- es algo más que un simple remiendo o labor de costura. El PSOE, como reconocieron algunas voces el pasado sábado a la salida de la esperpéntica reunión de su Comité Federal, está roto, destrozado, hecho añicos. Y eso, reitero, no se arregla con una serie de puntadas aunque el hilo utilizado fuera de gran calidad.

El PSOE, aunque pueda sonar un poco a tópico, es un partido muy necesario en el engranaje político e institucional de nuestro País. Ha gobernado España veintiuno de los treinta y nueve que llevamos de democracia siendo en todo ese tiempo el referente de un espacio ideológico que se podría etiquetar como socialdemócrata.

Por eso es deseable que los socialistas resuelvan bien su profunda crisis, que no es solamente de liderazgo, sino fundamentalmente de ideas, de proyecto ideológico, de posicionamiento político ante los desafíos que tiene nuestro País en esta primera mitad del siglo XXI.

Tiene que volver a ser un partido que recupere la centralidad y desde ella mirar a la izquierda y no como en los últimos tiempos, que por la irrupción de Podemos, se ha anclado en una izquierda rancia desde la que ha tonteado con los nacionalismos, con la memoria histórica, olvidando que su proyecto es socialista, obrero y sobre todo, español.


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