...El caso es que los sondeos, aunque digan cosas distintas, no son tan distantes los unos de los otros.
- sábado, 19 de abril de 2025
- Actualizado 18:56
...El caso es que los sondeos, aunque digan cosas distintas, no son tan distantes los unos de los otros.
Cierto que, de los publicados este domingo, unos ponen el énfasis en las posibilidades de una coalición entre el Partido Popular y Ciudadanos, y otros, en las de Podemos y el PSOE. Ni unos ni otros, en la hipótesis de que esos pactos llegasen a fraguar -que hoy por hoy es que ni uno ni otro-, obtendrían la anhelada mayoría absoluta, y tendrían que apoyarse en terceras fuerzas. Usted puede creer en lo que dicen las encuestas o no, pero lo cierto es que nos indican una tendencia a través de la cual podemos sacar, cuando esta semana comienza ya la campaña electoral 'oficial', algunas certezas:
Claro que, a la vista del lenguaje guerrero que emplean los candidatos en estos días de (pre)campaña, podría ocurrir que nuevamente todo se bloquee, como en el período diciembre-julio. En algunos círculos se abre paso la idea de que, de no variar sus planteamientos las cuatro principales formaciones -que otra cosa es el lío morrocotudo que se está montando en la política catalana, previsible por lo demás-, el Rey se vería obligado a proponerles nombres de figuras independientes para encabezar un Gobierno reformista de transición, que arregle los desaguisados pendientes. Parece altamente improbable este paso, dado el escrupuloso rigor con el que Felipe VI se mantiene en el papel, tan ambiguo, que le otorga la Constitución: la casi legendaria prudencia del jefe del Estado puede jugar aquí en contra de una solución 'in extremis' que, en efecto, evitase la catástrofe total de unas nuevas elecciones. Todo antes que eso, en mi opinión.
Pero las campañas, en España en los últimos tiempos, tienen efectos muy importantes. Me atrevería a decir que quien ponga una idea nueva sobre la mesa -una sola-, quien establezca unas líneas estratégicas y tácticas creíbles para construir una alternativa al caos, quien muestre mayores dosis de generosidad y realismo, se hará con el santo y la limosna. Puede que gane o no, pero será el triunfador moral de estos comicios, tan extraños.