Le salva que es una mindundi, una doña nadie y ahí fuera no le van a prestar la mínima atención; bastantes problemas tiene ya el mundo para reparar en una figura política insignificante. Pero que Txibite, presidenta de Navarra, haga suya la pancarta que unos energúmenos portan —en euskera, claro, la violencia por estos lares siempre en euskera—, donde pone suntsitu! a Israel, no deja de dar mucho asco a los que nos dedicamos a las microcosas de la aldea.
Suntsitu. Según el diccionario euskera-español que hay en la página web del Gobierno Vasco: devastar, destrozar, destruir, exterminar, aniquilar… a Israel.
—¿Has visto lo que pone la presidenta de Navarra en X? —me escribió un amigo mío alucinando en colores.
“Emociona ver la movilización de estudiantes y docentes de Navarra que hoy han alzado la voz por la paz en Gaza y la defensa de los derechos humanos en Palestina. Es urgente que se respete el derecho internacional y se ponga fin al genocidio de manera inminente”.
Eso es lo que dice Txibite, acompañado de un post del Diario del Josebas con las fotos de la pancarta que os comento.
Una de dos: o le pasa como al 90% de los navarros, que ese idioma no lo conocemos, es un soniquete como las letras de las canciones en inglés, y no sabe ni de lo que habla; o es una persona cruel y malvada —se le ha podido pegar al tener de socio al de socializar el dolor—. En cualquier caso, acojona la pava por su insensatez o por su brutalidad; elija su propia aventura, como en aquellos libros de nuestra infancia.
En esa pancarta ni hay paz ni hay derechos humanos ni hay respeto por el derecho internacional ni hay fin de genocidio alguno; más bien lo contrario, un llamamiento a un genocidio judío: ¡Israel exterminado! ¿El antisemitismo es delito en España? Yo no entiendo mucho de derecho, pero estos llamamientos emocionados así, a lo burro, a destruir Israel, con todo lo que tiene dentro —personas y tal—, si no es delito de odio, poco le falta. No sé. Digo.
Lleva unos días desatada la tipa; supongo que hay que agitar todas las banderas que se puedan, todas las pancartas que sean necesarias, azuzar a toda la miseria nauseabunda que nos rodea para intentar que se disipe el hedor a corrupción que supura su gobierno y su partido.
El otro día estaba feliz de encabezar una manifa que, al pasar por el Zara de la avenida de Roncesvalles, fue atacado por los manifestantes. Un nuevo atentado contra la libertad y seguridad de los comercios, trabajadores y consumidores pamploneses, con la complicidad/pasividad de las autoridades. ¿Cuántos llevamos ya últimamente? Este, el de la plaza del Ayuntamiento, el de la calle Mercaderes…
Biolentzia, Biolentzia eta Biolentzia izquierdaista alentada desde el sistema. Qué cosas estamos viendo, tú. Cómo va diluyéndose el estado de derecho, cómo se disuelve la democracia desde la cúspide de la pirámide. Así se pierden las libertades, las sociedades; así se encuentran las dictaduras. Y eso es todo.