• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 22:41

Opinión / Javier Izu es periodista en RNE en Navarra.

Cuestión de cortesía

Por Javier Izu

Quizá por la perspectiva que le dan a uno los años (estrenada ya la “versión 5.0”) la sensación que a la sociedad actual le falta cortesía y educación es algo que día a día se me hace más palpable.

Y lo malo es que puede ser aplicable a numerosos ámbitos de nuestro devenir diario. Lo padecemos en la calle; lo vemos en televisión;  lo sentimos en algo tan socializador como el deporte; y nos lo demuestra en demasiadas ocasiones el juego político.

Es obvio que a la clase política, de todos los colores e ideologías, le falta cintura y a muchos de sus representantes les sobra ego.  Cuanto mejor podrían funcionar las instituciones públicas si las relaciones entre iguales fueran canalizadas desde el diálogo y la negociación, y no desde la imposición y la cerrazón. Es aquello de dos no se entienden si uno no quiere … o el no hay más sordo y ciego que el que no quiere ver ni oir.

No trato de hacer sangre con la clase política, es más un sentir general, que un caso particular. Más ejemplos, ¿se acuerdan de aquella época en la que uno se levantaba de su asiento del autobús y la cedía por cortesía a una persona más mayor? … y no hablo de que fuera un anciano. Como sociedad se han perdido los modales, aquellos en los que uno respeta su entorno, no molesta a los demás, no ensucia las calles arrojando desperdicios al suelo, etc etc.

No digamos del respeto en la circulación, tanto de vehículos a motor como de transeúntes y ciclistas. Si todos fuéramos capaces de convivir desde el respeto, la calma, y los modales, seríamos mucho más felices, no me cabe duda.

¿Cómo van a convivir bien un peatón y un ciclista, si el primero invade sin contemplación los carriles dedicados a los segundos, o estos adelantan sin piedad rozando a los caminantes y se saltan los semáforos?

Por todo ello es loable el intento de apostar por la bicicleta como medio sostenible de transporte urbano, pero por desgracia nos sigue quedando un trecho en educación vial. Y lo dice un usuario habitual de la bici en ciudad, que quede claro.

Y si de respeto hablamos, lo de la competición deportiva es como para escribir la historia universal. Lamentablemente, siempre unos pocos ensucian lo de la mayoría, y donde debiéramos ver competencia sana, nos encontramos con excesivas malas prácticas, triquiñuelas y otra serie de desconsideraciones, que son sobre todo mal ejemplo para los más pequeños.

En definitiva, si todos pusiéramos un poquito de nuestra parte, la convivencia mejoraría. No es tan difícil … sólo hay que intentarlo.


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