En el caso de Osasuna, con la victoria del domingo pasado, da la sensación de que acudía a la cita sin tanta preocupación pasara lo que pasara.
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Creo que todos teníamos curiosidad por ver enfrentarse a dos equipos de esta categoría en dos encuentros seguidos, pero en competiciones diferentes, ya que los objetivos de unos y otros pueden traducirse en propuestas diferentes en cuanto a las alineaciones y la importancia que pueden dar cada club a una u otra competición.
En el caso de Osasuna, con la victoria del domingo pasado, da la sensación de que acudía a la cita sin tanta preocupación pasara lo que pasara. Vicente Moreno nos sorprende a todos y lo deja ver en la alineación inicial para que no haya dudas: queremos la eliminatoria y el Mallorca que espere. El entrenador tiene todas las claves y suponemos que sabe lo que hace.
Con todos los titulares en el campo (excepto Torró) queremos eliminar a la Real y pasar a semifinales. Los 20 primeros minutos estuvieron igualados y Osasuna parecía asentarse en el campo, incluso con alguna ocasión. Pero no contábamos que en 10 minutos (del 20 al 30) nuestros errores defensivos (habituales en casi todos los encuentros) nos iban a chafar la eliminatoria; 2-0 en un abrir y cerrar de ojos.
Para colmo Catena se corona, preso de su mal hacer y su nerviosismo, hace una entrada de las que valen dos rojas seguidas; ¿a qué viene esa entrada? Creo que el entrenador debe pensar en Herrando; lo más flojo de esta temporada es el centro de la defensa, bien por errores de marcajes cercanos, ayudas a destiempo o simplemente por falta de atención constante.
No entiendo como ya en el descanso D. Vicente no hace los cambios debidos para que los que han de jugar el domingo estén en mejores condiciones físicas y no tengan riesgo de lesión, estuvo remolón el míster.
A la Real esta segunda parte le vino muy bien, sin arriesgar y solo contener a un Osasuna que no bajó los brazos, pero con 10, tampoco consiguió crear el suficiente peligro en la portería donostiarra. La entrada de Ibáñez, Bryan, Torró y Raúl debió hacer mucho antes pensando en el próximo partido tan cercano, es mi opinión.
De nuevo el árbitro no repartió disciplina por igual, hubo entradas de los donostiarras tan merecedoras de tarjeta como las de Osasuna y no las valoró por el mismo rasero; tampoco creo que el resultado dependiera de ello, pero que conste.
¿Nos acordaremos el lunes del desgaste de este encuentro?
AUPA OSASUNA