Los/as que nos sentimos navarros, tenemos que reaccionar y nuestro deber es ejercer el derecho al voto tanto en las próximas elecciones forales o nacionales con el inequívoco objetivo de seguir manteniendo nuestra histórica y foral Navarra.
Contestar al interrogante es predecir si será suficiente, llegado el caso de convocatoria del referéndum previsto de la Disp. T. 4ª de la C.E., según las condiciones que legisle el órgano foral competente, que una mayoría de votantes decidan por mayoría la no reintegración en la C. Vasca. Algo imprevisible a la vista de la deriva del Gobierno central y su franquicia navarra.
Pudiera ser que no llegara a plantearse de inmediato lo previsto en el párrafo anterior, y el Congreso, a propuesta del okupa legal de Moncloa, se anticipe y decida una entrega de "hecho" de la C. Foral a la C. Vasca, para mantener sus increíbles pactos con separatistas, independentistas y otras izquierdas, para seguir en el cargo, aunque, con el tsunami de corrupción y putrefacción que lo rodea, y a pesar de su guardia de corps y sus goebbelianos voceros y asesores, no tenga ya salida digna de su cargo.
Parece de locura, lo entiendo, pero al paso que vamos no nos puede asustar nada. Los electores navarros suponen unos 350.000 máximo (según convocatorias) y con diferentes opciones, con lo que el número de votantes que pudiera afectar al ególatra mutante supone muy poco en el contexto nacional.
Navarra es una de las regiones, territorio foral, que tiene unido su destino de forma indisoluble al de la nación española, con antelación a las Comunidades constituidas tras la aprobación de la Constitución de 1978. Las Cortes Generales, art. 66 C.E., representan al pueblo español, y en ellas no se está como navarro, turolense, soriano o cántabro, sino como ciudadano español.
Por eso, cuanto más peso puede tener esa voz "navarra" en el Congreso es unido el centro-derecha nacional, e incluso con más derecha o quizás alguna minoría de centro, por lo que no debe perderse tiempo en conformar una amplia y sensata entente del centro-derecha navarro, por encima de partidos, y hacer valer el dicho "navarro se es… o no se es".
Por cierto, esa frase la escuché a Miguel Indurain Eugui, hace más de 30 años, cuando coincidimos con el ministro español Javier Solana, que llegaba a la zona de meta, en los Campos Elíseos, tras ganar Indurain, creo que el tercer Tour, y confesarnos el ministro que él era "medio navarro", a lo que, bajo el ruido ensordecedor de altavoces y bullicio, le espetó el padre del pentacampeón, con su socarronería y sorna habitual: "¡Malo… navarro se es… o no se es!".
Los/as que nos sentimos navarros, tenemos que reaccionar y nuestro deber es ejercer el derecho al voto tanto en las próximas elecciones forales o nacionales con el inequívoco objetivo de seguir manteniendo nuestra histórica y foral Navarra.