- sábado, 14 de diciembre de 2024
- Actualizado 08:14
Empate comprensible. Evitable, pero también sostenible. Osasuna quiso hacer todo, cada uno de sus jugadores, a pesar de tener claro su rol, quiso cubrir cada rincón, avanzar por cualquier rendija, correr a lo ancho y largo del rectángulo. Jugar a la omnipresencia. El vocabulario de la calle hablaría de ansiedad, o de estrés.
Los rojillos buscaron comerse el mundo, aunque quizás olvidaron previamente coger los cubiertos para lograrlo. En cambio, el Espanyol separó el grano de la paja, obvió las grandes ideas, las universales, para centrarse en cuatro claras y muy concretas. Suficiente, le salió bien. El recién ascendido arranca la Liga con un empate a domicilio.
Pudo ganar Osasuna, claro que sí. No jugó mal, tampoco bien. Resultó reconocible, sobre todo en diversas fases del juego, pero sucumbió a la falta de convencimiento. Careció de puntería, evidente, pero sobre todo de fluidez mental.
Los sucesivos cambios a lo largo de la segunda mitad trataron de poner paz en la atolondrada tormenta de ideas, y casi lo logran en el tramo final, precisamente cuando las infinitas posibilidades accidentales dieron paso a la única esencial, la necesidad de gol, y la maquinaria se puso a trabajar en esa única dirección. Claro que el Espanyol, que a la postre contabilizó menos ocasiones aunque quizás más claras, también se movió como pez en el agua centrado en labores defensivas y pendientes del contragolpe.
Típico partido de inicio de temporada, con más imprecisiones que aciertos, con más reajustes que ajustes, en fin, con más deseos que realidades. ¿Pasará apuros Osasuna esta campaña? No debería. Cuenta con un buen bloque, más cuajado que la imagen ofrecida ante los ‘pericos’, con tantas variables posibles que se perdió entre ellas en el primer partido de Liga. Puede jugar por fuera y es capaz de también de hacerlo por dentro, sabe mover el balón de extremo a extremo, y también de mimarlo de un pie a otro. Son tantas las opciones que es preciso acertar con la elegida.
Por ejemplo, jugar con Rubén García de lateral izquierdo o falso extremo como ante el Espanyol añade más registros a los muchos de este jugador, pero el problema se llama encontrar el camino del gol, algo que faltó ante un equipo a priori superable. Y, por supuesto, esta semana ensayos generalizados en Tajonar de tiros a puerta. Al que no dispare entre los tres palos, colleja.