Pues sí, va a ser verdad eso de que los ex presidentes son como jarrones chinos que por muy valiosos que sean molestan les pongas donde les pongas.
Pues sí, va a ser verdad eso de que los ex presidentes son como jarrones chinos que por muy valiosos que sean molestan les pongas donde les pongas.
El último episodio que ilustra lo que digo tiene como protagonista a José María Aznar que ha decidido "castigar" a su partido renunciando a la presidencia de honor. En realidad no creo que a nadie le importe demasiado que Aznar sea o no presidente de honor del PP, pero el caso es que él de esta manera ha querido dejar claro que discrepa profundamente con Mariano Rajoy.
A estas alturas es más que evidente que el ex presidente se arrepiente de haber designado a Rajoy como su sucesor.
Eso de designar sucesor siempre sale mal porque el elegido enseguida deja patente que es autónomo y que si te he visto no me acuerdo y se pone a mandar sin tener en cuenta los deseos de quién le ha nombrado. O sea lo que debe de ser, porque de otra manera el elegido sería un títere y eso también suele salir mal.
Así que Aznar se queda con su fundación FAES y como militante de base del PP lo que no creo que a Mariano Rajoy le produzca ni disgusto ni quebranto.
Rajoy es muy suyo y sin decir casi nada hace y deshace a su antojo contando por ahora con el favor de los suyos.
En cuanto al resto de los dirigentes del PP pues han hecho declaraciones laudatorias sobre el ex presidente pero poco más. Ya se sabe que a rey muerto, rey puesto y Aznar es el pasado mientras que hoy es Rajoy el que da y quita puestos.
Así que más allá de ocupar los titulares de los periódicos de poco más le sirve a Aznar dejar de ser presidente de honor del PP. Salvo, claro está, que un día de estos nos sorprenda lanzando otro partido político. Eso sí que sería un bombazo. Todo lo demás no deja de ser un brindis al sol. Es lo que tienen los jarrones chinos.