Dice el refrán que más vale caer en gracia que ser gracioso.
Dice el refrán que más vale caer en gracia que ser gracioso.
Y los líderes de Podemos están en estado de gracia, amen de contar con un impresionante aparato propagandístico. Por tanto les confieso que me rindo ante la inteligencia de los dirigentes de Podemos, a su capacidad de hacer que el personal comulgue con ruedas de molino y encima estén contentos y a sus dotes para la magia potagia con la que engatusan a la gente, y sobre todo me parece de matricula de honor como están logrando, gracias la ambición desmesurada de Pedro Sánchez, mandar al PSOE al rincón de la Historia.
Los dirigentes de Podemos son, ya digo, tan inteligentes como audaces, tanto que los del PSOE con toda su experiencia parecen unos pardillos.
Ahora que ya ha comenzado la cuenta atrás de la investidura de Mariano Rajoy asistimos a una operación de Podemos que les está saliendo redonda. Los podemitas han conseguido que la abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy (tal y como ha decidido su Comité Federal) sea poco menos que alta traición. Bien es verdad que sin la testarudez y la ambición de Sánchez no lo habrían conseguido o al menos les habría costado más, pero lo cierto es que han logrado que para una parte de los militantes socialistas y también de su electorado una simple abstención sea poco menos que una catástrofe.
Eso sí, nadie les recuerda a los podemitas (nadie se atreve) que si Mariano Rajoy va a seguir siendo presidente es sencillamente porque así lo decidieron ellos.
Pedro Sánchez buscó el acuerdo con Podemos y con Ciudadanos para ser presidente de Gobierno. La suma de escaños daba para eso si los diputados de Podemos se abstenían pero mire usted por donde Pablo Iglesias dijo no, lo que desembocó en segundas elecciones en las que Mariano Rajoy vio aumentado el número de escaños del PP.
Pero ya digo que nadie se lo reprocha, es más, aquellos a los que Iglesias dejó planteados con un palmo en las narices, o sea a Sánchez y sus fieles, ya saben la presidenta de Baleares, Francina Armengol, la desconocida Sara Hernández jefa de los socialistas madrileños por obra y gracia del "dedazo" de Sánchez, o el recién reelegido líder del PSC Iceta, etc, son los que más mendigan el acuerdo con Podemos.
En realidad tienen una posición política subordinada a Podemos que es quién marca la línea roja de quién es de izquierdas y quién no.
El caso es que a Podemos se le perdona todo, incluido que Mariano Rajoy siga siendo Presidente, pero sus líderes son tan listos que están camino de lograr estigmatizar a los socialistas por optar por la abstención en la investidura de Mariano Rajoy.
Iglesias y los suyos han conseguido la cuadratura del círculo y es que en la opinión pública, y dentro del propio PSOE, se utilicen pesos y medidas diferentes para juzgarles a ellos o a los dirigentes socialistas.
Impedir un gobierno socialista y permitir que Rajoy siga siendo presidente no tiene importancia porque fue decisión de Podemos pero que Rajoy sea presidente de un gobierno que no pueda moverse sin la aquiescencia del resto de la Cámara, algo que se logrará con la abstención del PSOE, es poco menos que alta traición. Díganme si no es para descubrirse ante la estrategia de Podemos.