El auge de los movimientos populistas se está convirtiendo en una autentica pesadilla sobre todo porque el "gran jefe populista" es nada menos que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El auge de los movimientos populistas se está convirtiendo en una autentica pesadilla sobre todo porque el "gran jefe populista" es nada menos que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Pero no basta con lamentarnos, no basta con criticar y escandalizarnos ante las medidas enloquecidas que viene adoptando Trump como la prohibición de que entren en Estados Unidos ciudadanos provenientes de países de algunos países musulmanes.
Me parece a mi que lo urgente es que tanto los políticos más templados de Estados Unidos así como los líderes europeos, los políticos que han hecho posible la Europa de los últimos cincuenta, sesenta años, la Europa del bienestar, reflexionen sobre las causas de la aparición del fenómeno populista. Porque este es un fenómeno que no ha surgido de un día para otro sino que es consecuencia de los errores cometidos por los políticos tradicionales.
Seguramente, por lo menos en Europa, pensábamos que como lo fundamental se había conseguido y lo dábamos por asentado para siempre, podíamos prestar atención a asuntos más periféricos. Pero resulta que la crisis económica ha tenido un resultado tan devastador que de repente los cimientos del Estado de bienestar se tambalearon y miles de personas se quedaron a la intemperie. Lo peor es que los dirigentes políticos han venido dando a la crisis económica ha sido la de una estricta austeridad que ha agravado aún más la situación de desamparo de quienes se vieron fuera del sistema.
Esta es una de las causas del desafecto creciente hacia la idea de Europa y hacia los partidos que hicieron Europa lo que es hoy. Pero hay muchas más causas que nadie quiere siquiera enumerar. El fracaso de la política de Estados Unidos y de la UE en la guerra de Siria, el entusiasmo infantil por las llamadas "primaveras árabes" que han terminado siendo un fiasco, las consecuencias de la invasión de Iraq, etc, etc. Por no hablar de la mala gestión en la crisis de los refugiados en que Europa ha dejado a la intemperie a miles de personas desesperadas que huían de la guerra. Amen de todos aquellos inmigrantes que se atraviesan medio África huyendo a su vez de la miseria.
El populismo es una lacra que hay que combatir pero para hacerlo hay que reflexionar sobre por qué tantos millones de ciudadanos se han desencantado de los partidos clásicos y han vuelto la mirada a las opciones populistas. Solo con un buen diagnóstico se podrá poner remedio a la enfermedad.