El Partido Socialista Obrero Español, el que se reputa como el de toda la vida, el de Susana Díaz, parece haber apostado por la tercera edad.
- miércoles, 11 de diciembre de 2024
- Actualizado 10:11
El Partido Socialista Obrero Español, el que se reputa como el de toda la vida, el de Susana Díaz, parece haber apostado por la tercera edad.
Y no sólo por la presencia, el refrendo y el aval de las provectas vacas sagradas del partido en el acto de exaltación susanesca del domingo, sino, fundamentalmente, por su añejo discurso, si es que cabe llamar discurso a la salmodia del "vamos a volver a ser lo que fuimos".
Se trata de imposible físico y metafísico, pues nadie vuelve nunca a ser quien fue. El paso del tiempo es lo que tiene. Pero aun si fuera posible, ¿está segura Susana Díaz de que eso, volver a ser el que fue, es lo que más conviene al PSOE en lo tocante a sus pretensiones de volver a gobernar algún día? ¿A qué PSOE es al que se quiere rescatar de los escombros del tiempo? ¿Al del 82, el que supo instrumentalizar (como hoy Podemos) la necesidad de cambio, o al que, a su estela, escamoteó a sus votantes el cambio profundo y verdadero que precisaba una nación estragada por 40 años de dictadura?
¿A qué PSOE del pasado quiere Susana Díaz (y la Gestora que ha alfombrado su desembarco) que se parezca el nuevo-viejo PSOE que proclama? ¿Al que sacrificó a todo un vicepresidente del gobierno, Guerra, por las golferías de su hermano, o al que le necrosó hasta las trancas la corrupción de los 90? ¿Al que retiró las tropas españolas de Irak en cumplimiento de la voluntad general y de la palabra dada en la campaña electoral, o al que, apenas cinco años después, se bajó los pantalones ante "los mercados" para, cambiando la Constitución, convertir en públicas las deudas privadas, sumiendo con ello al país en la pobreza?
Como no sea que Susana, que parece dar por hecho su triunfo en las primarias sin necesidad de despeinarse, suponga que el granero de sus votos futuros está en la España envejecida, esto es, en los millones de jubilados a los que sonaría de maravilla una música que les garantizara y acreciera sus pensiones, en contraposición a ésta que suena ahora y que les aterroriza, no se entiende esa su obsesión de introducir al partido en el túnel del tiempo, que es, por lo demás, un túnel sin salida. Pero si es eso, el asalto a la tercera edad, con tanta propiedad y tantas canas y tantas arrugas escenificado el domingo, tiene que ir explicando a qué tiempo quiere regresar al PSOE. Elija el que elija, en el pasado ya no hay nada.