La Policía Nacional ha aportado este miércoles nuevos detalles sobre Guillermo de Soto, el ex ojeador del Club Atlético Osasuna que fue detenido el pasado mes de agosto por abusos sexuales a menores.
Según ha desvelado el cuerpo armado, después de 10 meses de investigación, el entrenador abusó presuntamente de varios menores “tras prometerles un futuro profesional en el mundo deportivo”, haciendo valer la condición de ojeador rojillo. Se da la circunstancia de que cuando fue detenido, Soto no pertenecía ya a la disciplina de Osasuna.
De cualquier modo, la junta directiva de Osasuna, ha acordado que la entidad se persone como acusación particular contra su ex trabajador. El club ya explicó el pasado mes de agosto a través de un comunicado cuál había sido la relación de De Soto como ojeador en La Rioja, aunque nunca estuvo al cargo de menores.
Osasuna considera que el hecho de que utilizara el nombre de Osasuna para llevar a cabo su actividad delictiva constituye una razón "extremadamente grave", por lo que solicitará personarse como acusación particular en el proceso judicial contra él.
El arrestado, que se encuentra en libertad a espera de juicio con la obligación de comparecer periódicamente en el juzgado, aprovechaba -según la Policía- su condición de entrenador de fútbol para contactar con al menos ocho víctimas a través de las redes sociales o de aplicaciones de mensajería instantánea “para solicitarles fotografías íntimas o encuentros personales”. La principal promesa, era el “te voy a hacer debutar en un club de Primera”.
En los dispositivos que se le han incautado al técnico se han localizado numerosos archivos multimedia (más de 29 Gb) de índole sexual, con menores de edad (de entre 15 y 17 años).
Al arrestado se le atribuye un delito de pornografía infantil, cinco de corrupción de menores, tres delitos de abusos sexuales por tocamientos y otros tres de child-grooming.
La investigación se inició el mes de junio del pasado año tras recibirse una denuncia por abusos sexuales a un menor en el que se apuntaba a un hombre que ejercía como entrenador de fútbol en Logroño. Tras las gestiones realizadas por los agentes, se consiguió identificar al presunto autor y fue arrestado en la localidad de ventas Blancas (La Rioja) el mes de agosto del pasado año, momento en el que se le incautó un teléfono móvil y una tablet.
Tras el primer arresto los agentes iniciaron una investigación en la que se conoció, tras diez meses de pesquisas, la existencia de al menos siete víctimas más que tenían entre 15 y 18 años cuando sucedieron los hechos. Las investigaciones permitieron determinar que el presunto autor del primer hecho denunciado actuaba de la misma manera con el resto de jóvenes, contactado con ellos a través de mensajes privados en redes sociales o de aplicaciones de mensajería instantánea para hacerles sentir importantes y valiosos, indicándoles que desde su posición de entrenador y de ojeador de futbolistas podía conseguirles contratos con un equipo profesional o mejorar su situación deportiva.
Una vez que conseguía más confianza con las víctimas, menores a los que ya conocía del mundo del futbol, comenzaba a tratar de entablar conversaciones de índole sexual en las que les solicitaba fotografías de sus partes íntimas y les pedía citas para verse a solas. Incluso, a alguno de ellos, llegó a ofrecerle dinero por realizar conductas sexuales. Los jóvenes que finalmente accedían a alguna de las peticiones, sentían el temor de que de no acceder pudieran verse perjudicados en su actividad deportiva.
Los agentes también pudieron corroborar que llegó a realizar tocamientos a algunos de los menores. También averiguaron que llegó a convencer a uno de ellos para que se trasladara con él a otra ciudad bajo la falsa apariencia de firmar un contrato con un equipo profesional, proponiendo al joven acudir a un hostal para mantener relaciones que finalmente el menor declinó.
La investigación continúa abierta y no se descarta que puedan aparecer nuevas víctimas debido a los años en los que el presunto autor de los hechos ha ejercido como entrenador y ojeador de fútbol.
