Hubo un tiempo donde las fotografías se tomaban con cámaras mecánicas, sin rastro de electrónica ni sensores. Cámaras con las que no podías repetir una imagen.
- viernes, 13 de diciembre de 2024
- Actualizado 21:08
Hubo un tiempo donde las fotografías se tomaban con cámaras mecánicas, sin rastro de electrónica ni sensores. Cámaras con las que no podías repetir una imagen.
Ni siquiera podías ver el resultado hasta días o semanas después de realizadas. A cambio, teníamos la tecnología para pisar la Luna y sacar allí las fotografías, algo que desgraciadamente hemos perdido.
Hay pocos museos destinados a explicar la historia de la tecnología y su evolución. Es una pena porque la tecnología afecta profundamente a nuestras vidas y las condiciona de formas que tendemos a olvidar. Como las antiguas cámaras fotográficas y el lento proceso hasta ver las imágenes. Era necesario terminar un carrete con un número fijo de imágenes para llevarlo a tu tienda del barrio y revelarlo. Una amenaza clara para nuestra intimidad ya que debías confiar a un empleado, más o menos desconocido, tus recuerdos, tus momentos más íntimos y tu torpeza en el manejo de la cámara. Si eras un artista suficientemente habilidoso tenías la opción de revelarlas en tu propia casa, ajustando tiempos para intentar producir algún efecto interesante “a lo Instagram”. Lo que no era posible era modificar la calidad inicial. Las fotografías podían salir borrosas, oscuras, desenfocadas. Y no podías repetir ese viaje de vacaciones para obtener mejores imágenes.
Toda esta reflexión viene a cuento porque he descubierto, vía microsiervos, que acaban de publicarse en Internet las fotos realizadas por los astronautas del programa Apolo en sus múltiples viajes a la Luna. Para ello, se han escaneado cuidadosamente los negativos y el resultado ha sido colocado en Flickr, ordenado por misiones y carretes para hacerlo más fácil de recorrer. Y, como era de esperar, los resultados son variados, fascinantes y un poco decepcionantes. Están todas las imágenes que conocemos y también otras muchas que merece la pena ver. Pero quizás lo más curioso sea ver los fallos. Desde fotos donde se cuelan los dedos a imágenes tan oscuras que es difícil apreciar detalles. Pasando por múltiples repeticiones de fotos casi iguales intentando captar una imagen concreta. Son fotos que transmiten autenticidad aunque seguro que no convencen a los “conspiraicos” de turno. Son errores de unos astronautas que tenían muchas más cosas en mente que sacar fotos. Las mismas fotografías que llenaban los carretes de nuestros padres antes de que borrar y repetir fuese tan fácil.
Saquen un rato esta semana para verlas. Para recordar el pasado y valorar el presente. El cuatro de octubre se cumple el aniversario del Sputnik-1, el primer satélite artificial que la humanidad puso en órbita. Del 4 al 10 celebramos la Semana Mundial del Espacio que incluye numerosas actividades en todo el planeta y unas cuentas en nuestro propio Planetario de Pamplona . No se las pierdan.