• martes, 03 de diciembre de 2024
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Blog / El Perolas

A mí que me cobren ¡Por favor!

Por Carlos Marañón

De nuevo se abre el debate tras las declaraciones de Ferran Adrià pidiendo que los restaurantes cobren por sus reservas al igual que lo hacen los hoteles. Y por enésima vez consecutiva vuelve el encendido debate en las redes sociales.

Un restaurante con las mesas preparadas para un servicio de cenas
Un restaurante con las mesas preparadas para un servicio de cenas

Una ingente cantidad de personajillos, trolls y gente falta de cualquier empatía hacia los hosteleros, los tacha entre otras lindezas, de agarrados y ruines. Justifican sus insultos en el derecho a la libertad de expresión. Eso no es libertad de expresión, es libertad de ensañamiento y solo producen tirria.

Toca discernir entre las dos posturas que se mantienen en el gremio. Una esta clara, llamas al restaurante y además de pedir nombre y número de teléfono, nos solicitan un medio de pago para proceder a la reserva. Y es aquí donde el gremio mantiene un, quiero pero no quiero pero si quiero sin querer.

¿Y si pierdo la reserva por pedir una fianza? No la pidas. ¿Y si no la pido y no vienen? Pídela. Y vuelta una vez y otra vez a las dos opciones. Y por no tomar una decisión, se postulan unas argumentaciones rocambolescas por parte de los profesionales del sector para, justificar nadar y guardar la ropa.

Las perturbaciones, costes y horas extra que supone un cambio o anulación de una reserva unas horas antes del servicio, no son de recibo, ni en los restaurantes, ni ante una reunión con el tutor de sus hijos en el colegio. Tras pedir permiso en el trabajo y ajustar la agenda familiar para poder acudir a la entrevista, a nadie le gusta que le llamen un par de horas antes para decirle que se anula la cita. Por desgracia, se trata de una práctica más habitual de lo que debería en las reservas de restaurantes.

El “efecto Zara” lo llaman algunos. Compro y lo devuelvo cuando quiero. Reservo y anulo si no puedo, no quiero, o no me place acudir al restaurante. ¿Perfectamente razonable?

Pero si la reserva es para un archiconocido restaurante con lista de espera y, me cobran por adelantado y, no acudo e inmediatamente después llaman al primero en la lista de espera ¿no están ganando el doble? Sí, igual que hace un hotel dándole la habitación a otro huésped si no acudimos. Pero los hoteles son hoteles y los restaurantes son restaurantes.

Y a los restaurantes se les puede criticar, ponerles verdes por cobrar reserva que, para eso existe el derecho adquirido de crítica en cualquier forma y manera contra la hostelería. “Es que tengo derecho”.

Y volvemos al principio con nuestros amigos los trolls que defienden el derecho a la libertad de ensañamiento. Maleducados, caprichosos, volubles que tan de pronto te anulan la reserva del restaurante, como no acuden al médico especialista, o como dejan tirado al tutor de su hijo.

Y esta es la raíz del problema. Una falta de educación, de respeto y de formalidad que, ha arraigado en la sociedad. No se si se debe cobrar o no se debe cobrar por una reserva. Que cobren o no cobren me es indiferente. Lo mismo me da pagar un par de días antes al reservar que, en el restaurante cuando lo disfrute

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