- viernes, 13 de diciembre de 2024
- Actualizado 13:04
Escribo este texto con el corazón en un puño, lágrimas en los ojos y dolor en el alma por la impotencia de lo que nos toca vivir cada día de fiestas (y últimamente durante todo el verano hasta que vuelven a empezar las clases o empieza el mal tiempo) a personas con animales, que forman parte de nuestra familia, con personas o niños dependientes con sensibilidad (sensibilidad especial, implantes cloqueares, personas de edad avanzada con demencia. etc.).
Nuestra comunidad de vecinos no entendemos de ninguna manera la manga ancha y la poca profesionalidad que hay por parte del equipo que gobierna el ayuntamiento del Valle de Egüés. Llega el periodo mencionado y las calles se convierten en auténticas zonas de guerra debido al estallido de pirotecnia y salvajismo de muchos menores de edad.
Menores a los que legalmente está totalmente prohibido la venta de pirotecnia y, aún así, llevan encima un arsenal, como si a la guerra se fueran. Petardazos, petardos dentro de latas o botellas, en papeleras, lanzados a viandantes y propietarios de animales, dentro de portales. Todo ello sin que las autoridades hagan nada al respecto. Mencionar también el gran riesgo de incendios que conlleva la manipulación de pirotecnia en manos inexpertas.
Se les sigue pirotecnia vendiendo ilegalmente. Si no, son padres o familiares quienes les proporcionan sin remordimiento alguno los petardos y artefactos pirotécnicos. Mientras, los pobres animales y personas con sensibilidades adquiridas, están en casa escondidos en los baños, en zonas más oscuras, temblando de miedo, con taquicardias, sin querer comer ni beber, sin querer salir a hacer sus necesidades... Muchos terminan ingresados o con ataques cardiacos.
¿Cómo se sentirían esos progenitores si sus hijos estuvieran en esa situación? Escondidos en casa, temblando, sin comer, sin ir al baño, teniendo que llevarles muchos al hospital con taquicardias, sin saber si al acabar el día volverán con sus hijos a casa o tendrán un fatal desenlace.
Desde nuestra comunidad de propietarios de animales de Sarriguren queremos denunciar la irresponsabilidad de este ayuntamiento y su policía local en temas de bienestar animal y derechos de las personas, haciendo caso omiso a todas las llamadas que se realizan en esta materia pidiendo por favor que se regule o penalice a estos menores y sus responsables.
Que todos los ciudadanos podamos disfrutar de las fiestas, con o sin animales, con o sin niños, con o sin sensibilidades.
Carta al director remitida por Naiara Argote González y María Elena Escudero Mories.