El tren entra por la vía tres. Se apea mucha gente. La ausencia de mi persona sigue a la multitud hacia la salida

El tren entra por la vía tres. Se apea mucha gente. La ausencia de mi persona sigue a la multitud hacia la salida
En la estación espero.
Dieguito y la abuela al lado.
La plastilina y los caramelos.
¡No te la comas, cariño!
¿Por qué, abuela,
por qué no puedo?
Yo observo. Silbo. Bostezo.
Las vías soñolientas
en su eterno febrero.
El tren impuntual ha llegado.
Con qué musa estaba
será siempre un misterio.
Dieguito y de la mano la abuela
suben al vagón-recreo.
El poeta bosteza.
Silba y luego sueña
con plastilina y caramelos.