Quisiera morir con la mano en el corazón
Y la sonrisa en los labios.
Tener mi piel tostada,
-en ese instante-,
Por la brisa navarra
Y el sol canario.
Y en la cama,
Con la ventana abierta
Y un libro en la mano,
-ése que aún no te he escrito-,
Soñar despacio.
De la mar, sus cantos;
De mi tierra, los perfumes de los campos;
Y en mi boca,
¡Ay, en mi boca!,
Aquel beso enamorado.
Quisiera vivir con la mano en el corazón
Y la sonrisa de tus labios.