"Hay algo hipnótico en los mapas". Ken Jennings.
- viernes, 13 de diciembre de 2024
- Actualizado 14:17
"Hay algo hipnótico en los mapas". Ken Jennings.
Cuando era niño, con apenas ocho o nueve años, subía al corazón de Jesús sito en la ciudad de Sangüesa con el anhelo de encontrar un mapa del tesoro o el tesoro en sí.
Hallaba las ruinas de un castillo medieval, o eso me parecía; huellas de animales que en mi imaginación se convertían en caballos del medievo y que permanecían inalterables en el paso del tiempo; o, incluso, recovecos entre las piedras y los pinos donde impulsar aún más si cabía mi infantil y soñadora fantasía.
Algo así debieron vivir hace ya algunos años unos arqueólogos navarros cuando realizaron una excavación en la cueva de Abauntz, en el valle de Ulzama y hallaron tres cantos rodados con unos 10.000 años de antigüedad, de finales del Paleolítico, y con su superficie cubierta de representaciones grabadas a buril, que siguen los patrones del arte paleolítico de la zona.
En ellos encontraron diversos animales, como ciervos, cabras o caballos, figuras antropomorfas y una montaña y varios cursos de agua.
En la piedra principal, de 175 milímetros de longitud, 100 de anchura y 54 de espesor, aparecen grabados varios elementos del entorno que aparentan ser el curso serpenteante del río Zaldazaín recibiendo dos afluentes en su recorrido a la altura de una montaña y en el que diversos círculos quizás representan zonas con agua encharcada en invierno.
Y es que dicen que «existe una verdadera construcción del espacio, es decir, que el autor se enfrenta al mismo traduciéndolo rápidamente en una imagen gráfica que lo representa. Y es que el conjunto de bloques grabados tienen una gran calidad artística y una excepcional complejidad formal, que requiere no solo una gran habilidad, sino también una clara concepción espacial».
Las preguntas que uno se formula es si estos cantos se realizaron con el propósito de que otros los leyeran, como si se tratase de un mapa en sí, o, por el contrario, si cada una de las tres piedras conforman un todo.
La cueva está muy cerca de Pamplona. Apenas a veinte kilómetros.
El mapa se encuentra en el Museo de Navarra, donde se realizó una réplica para préstamo a exposiciones temporales, y que nos sirve de excusa para visitarlo.
El próximo 15 de diciembre llegaré a Sangüesa. Mi añorada Sangüesa.
Subiré al corazón de Jesús a buscar mi mapa del tesoro, aunque a día de hoy sea consciente de que el tesoro lo tengo en mi casa, junto a mi familia.