• viernes, 19 de abril de 2024
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Blog / La cometa de Miel

Una música tuya bastará para sanarme

Por Pablo Sabalza

Hoy es 21 de junio y celebramos el Día de la Música. 

Varias personas bailan y cantan durante un concierto de música.
Varias personas bailan y cantan durante un concierto de música.

Y así me viene a la memoria un poema de Gustavo Adolfo Becquer en el que el poeta sevillano apuntaba que ‘Podrá no haber poetas; pero siempre habrá poesía’. Y pienso de igual modo, pero en mi caso no solo con la poesía sino también con la música, ya que ‘podrá no haber pétalos o sombreros o veranos, pero siempre habrá música’, ya que la música es amor buscando palabras, comunicación encontrando baile; es algo mío y tuyo y de todos en un instante y a la vez.

El Día de la Música nació como nacen la mayoría de las cosas importantes en esta vida: de casualidad. Un músico estadounidense llamado Joel Cohen que, por aquel entonces, trabajaba en una radio francesa propuso promover la música y, por ende, el intercambio cultural en una jornada que coincidiese con los dos solsticios, tanto con el de verano como con el de invierno. Al final su proyecto vio la luz en Toulouse. Corría el 21 de junio de 1976. 

Seis años después, en 1982, y de la mano de Jack Lang quien, aunque pueda aparentar con ese nombre ser un actor chino o algo similar, era el ministro de cultura francés de aquel momento, se convirtió el Día de la Música en algo oficial y, a partir de ahí, los músicos fueron invitados a salir a las calles para tocar.

Y aquí quería yo llegar.

La semana pasada descubría la cantidad de conciertos que van a tener lugar no solo en nuestra comunidad foral sino en la península y Canarias y me dio la sensación de que, si alguna vez la sociedad ha estado o estuvo enferma o en pandemia o con tristeza en su corazón, una pincelada de ritmo o una sonrisa de armonía a través de la música nos podía sanar. Y, en cierto modo, así ha sido, ¿no creen?

Recuerden cómo durante el confinamiento nos emocionábamos con los conciertos improvisados que efectuaban nuestros vecinos trompetistas, violinistas o guitarristas. O cuando mi amiga de la infancia y de la vida, Marta Sola, cantaba cada día una jota desde la ventana de su casa allá en Sangüesa; o cuando Juan Luis Guerra hizo una versión desde su estudio privado de esta canción: “Tengo un corazón//mutilado de esperanza y de razón//tengo un corazón//que madruga donde quiera//¡ayayayay!”. 

Es maravillosa la música, ¿verdad?

¿Se acuerdan cuando se reunieron numerosos artistas para cantar a coro la canción compuesta por el Dúo Dinámico, ‘Resistiré? ¿Y cuando nos emocionábamos escuchando desde nuestros hogares esta canción…? “Volveremos a juntarnos, volveremos a brindar// Un café queda pendiente en nuestro bar// Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo// Ya no habrá una pantalla entre los dos…”

Me consta que en las UCI de los hospitales se ponía música a los enfermos con el fin de estimularles en esas horas tediosas y solitarias que padecían.

Pues la música, mis queridos amig@s de Navarra.com, entra por el oído y se va directa al corazón.

Y eso es lo que hoy ensalzamos. El Día de la Música.

La compañera de nuestra vida. Aquélla que va con nosotros en los momentos de alegría y en los de penumbra emocional.

La semana pasada leía parte de los actos musicales que tendrán lugar durante este verano como en el Teatro Gayarre; el festival 'Flamenco on Fire' que acontecerá en Tudela y Pamplona y que da continuación a 'F On Fire', ciclo musical que se celebrará en Estella y Viana; los conciertos de 'Noches de Ciudadela' dentro del programa estival '¡Viva Pamplona viva!' y, como no, La Comparsa de Gigantes y Cabezudos con su espectáculo de danza tradicional que tendrá lugar a lo largo del calendario del verano.

Dicen que la música en directo es sana, así que prepara tu guitarra, afina la voz y sírveme un poco de vino porque…una música tuya bastará para sanarme.

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Una música tuya bastará para sanarme