• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 12:02

Opinión / Fue director del Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo (OIVT) de la Fundación San Pablo-CEU.

El día después

Por Cayetano González

Más allá del ritual de toda noche electoral, que volveremos a vivir el próximo domingo, en la que los líderes de los diferentes partidos políticos salen a decir que han ganado las elecciones y que por lo tanto nadie las ha perdido, lo importante será analizar, a la luz de los resultados, las posibilidades reales que habrá para formar gobierno.

Es decir, la atención convendrá ponerla no tanto en esas declaraciones de manual de una noche electoral, sino en lo que pueda empezar a pasar realmente el día después.

Las encuestas publicadas en las últimas horas en que la ley electoral lo permite -que absurda es esa prohibición de no poder difundir públicamente sondeos desde seis días antes de las elecciones, que algunos medios se la saltan a la torera publicándolas, por ejemplo, en Andorra- apuntan a un mapa político igual o más endiablado del que salió de las urnas el pasado 20 de diciembre. Parece muy claro que ningún partido va a tener mayoría absoluta y que el bipartidismo PP-PSOE forma parte ya de nuestra historia reciente. También parece probable que el PP vuelva a ser la lista más votada, pero con una horquilla de escaños, dependiendo de las encuestas que se consulten, entre 114 y 130, cifra muy alejada de los 176 que es donde se sitúa la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.

La gran incógnita de la noche electoral será saber si la coalición de Podemos con IU superará o no al PSOE y en caso de darse el manido sorpasso, constatar si se produce no sólo en votos sino también en escaños. Si Unidos Podemos queda por delante del PSOE, este partido tendrá que tomar en pocos días varias decisiones muy importantes para su futuro: permitir o no la continuidad de Pedro Sánchez como secretario general y en segundo término, que postura adoptan de cara a la oferta que con toda seguridad recibirán tanto de Podemos como del PP para formar gobierno y facilitar la investidura, bien de Pablo Iglesias o de Mariano Rajoy. Se puede dar por tanto la paradoja de que el PSOE, con el peor resultado de su historia, tendrá en sus manos la decisión de quien será el próximo Presidente del Gobierno.

Y claro, ante este panorama tan endiablado para llegar a acuerdos y a pactos, empieza a tomar cuerpo la posibilidad de unas terceras elecciones allá por el mes de diciembre. Aunque se oiga a todos los líderes de los cuatro principales partidos hacer declaraciones de intenciones en el sentido de que eso habría que evitarlo a toda costa, al final son los que menos autoridad moral tienen para resultar creíbles, después de analizar lo que hicieron o dejaron de hacer tras el 20-D. Esta gran incógnita se empezará a despejar el día después del 26-J.


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