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Opinión / A mí no me líe

Los aberchándales tienen pocas luces

Por Javier Ancín

El último gran intento de conseguir soberanía energética en Euskadi acabó con los etarras pegándole un tiro en la cabeza al ingeniero encargado del proyecto de la central nuclear de Lemóniz. Un ingeniero, tú, un peligrosísimo enemigo del pueblo vasco, secuestrado, torturado y asesinado.

Qué días llevamos, don Max Estrella. No salimos del callejón del Gato. Ni para adelante ni para atrás. Nos damos una y otra vez contra los espejos cóncavos y convexos del esperpento político: ayer, el del PSOE, dejándonos sin luz a todo un país; y ahora, los aberchandales del partido de la ETA, que reclaman soberanía energética. Pasen y vean: la mujer barbuda, el ligre —mitad león, mitad tigre— y el etarra de Otegi quejándose de que Euskadi no tiene soberanía energética. Para mikzionar y no etxar gotak.

A los etarras, bajada la marea de la violencia, de los asesinatos, del «no digas nada que te mato» —y te mataban, que eso siempre prestigia mucho a la hora de tener razón, a ver quién tenía valor de llevarles la contraria—, solo se les ven las garrillas con pelusilla, las rodillas huesudas, el pecho palomo, los Meyvas pasados de moda de sus declaraciones.

Son como una viñeta de Ibáñez. Mortadelo y Filemón aberchándales fotografiados en la playa de la realidad contra sus propias contradicciones. Oír hablar a Otegi de soberanía energética vasca es un esperpento, una farsa grotesca, una caricatura de paseo marítimo de Salou.

Si por algo se ha caracterizado la ETA y su partido desde que se crearon es por oponerse y atentar contra toda infraestructura energética en Euskadi. Un clásico son los bombazos de la ETA contra torres de alta tensión en el País Vasco. Tienes unos cuantos en la hemeroteca. Por decirte dos: en los 90, tiraron una en Jaizkibel, dejando a miles de personas y un montón de fábricas a oscuras. Apagonoak. En 2004, trataron de volar otra en Irún.

El último gran intento de conseguir soberanía energética en Euskadi acabó con los etarras pegándole un tiro en la cabeza al ingeniero encargado del proyecto de la central nuclear de Lemóniz. Un ingeniero, tú, un peligrosísimo enemigo del pueblo vasco, secuestrado, torturado y asesinado. La ciencia, enemiga de Euskadi. No se apiadaron de José María Ryan, 38 años, ni después de que apareciera su mujer y sus cinco hijos pequeños en la tele pidiendo clemencia. Qué puta panda de cafres.

Y no me vengan con Chernobyl, por favor, que me da pereza explicar por qué reventó. Chernobyl no fue un fracaso de la energía atómica, fue un fracaso del comunismo, del socialismo, de la izquierda. En Francia, hoy tenemos 56 reactores nucleares produciendo electricidad verde sin ningún problema. La guerrita de los aberchandales contra lo nuclear es una guerrita ideológica, política, supersticiosa, no científica.

Las centrales térmicas, por ejemplo, tampoco les gustan a los etarras. Kanpora. La desmantelación de la de carbón de Pasajes, en 2015, fue muy celebrada por el partido de la ETA. Y la de gas de Boroa, en Amorebieta, directamente sufrió en 2004 un atentado con cuatro artefactos mientras estaba siendo construida.

Del fracking, ni quieren oír hablar, por decirte una de las últimas matracas que han estado dando, y descartadas las plantas fotovoltaicas por los pocos días de sol que hay en la Comunidad Autónoma Vasca, nos queda la eólica, que tampoco les mola.

Un dato que lo certifica: en Euskadi, con 2.250.000 habitantes, hay plantados solo 153 molinos. En La Rioja, con una población de 330.000 personas, tienen más de 400. En Burgos, que son 360.000 almas, 1.500 aerogeneradores.

Es que hace feo el paisaje, te dicen los pijos de los aberchandales. Nos ha jodido. Más feos son ellos y los tenemos que aguantar.

Tienen esa de olas en Motrico, una mole bastante grande de cemento para su ridícula producción. Genera electricidad anual para unos 250 hogares, unas 1.000 personas. Imagínate las que tendrían que poner por todo el litoral vasco para que fuera significativa su aportación energética, y lo que dirían los del partido de la ETA, claro: Rekanpora. Olas, fachas. Mareas, españolas.

¿De qué soberanía energética hablarán los del partido de la ETA, si han intentado dinamitar siempre todo rastro de soberanía eléctrica en Euskadi? ¿De dónde piensan sacar energía? ¿De poner a pedalear al alikate Asirón por el paseo de la Concha con una dinamo? ¿De utilizar una novedosa tecnología, dándose los aberchandales con dos piedras en los cojones por turnos?

Como no pretendan anexionarse los saltos del Duero de la pérfida España, de donde se nutren los vascos eléctricamente, yo no sé qué pretenden hacer. Zentralak hidroelektrikoak de Zamora eta Salamanca Euskadi da!

Con los aberchandales, todo es un chiste, muchas veces macabro, siempre delirante, pero eternamente un puto chiste. El de la soberanía energética es el último. A ver con qué nueva ocurrencia nos sorprenden el mes que viene. Y eso es todo.

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