"El euskera es un idioma completamente residual, básicamente porque nunca ha sido visto por los aberchándales como un vehículo de comunicación sino exclusivamente como una herramienta identitaria e ideológica".

Hombre, ya tenemos nueva mamarrachada del alikate Asirón, cambiar las placas de las calles de Irroña para poner antes Binkulo que Vínculo. El idioma minoritario primero, o lo que sea eso. Vamos a seguir creando la ficción de que el euskera es nuestro idioma, el de todos, cuando en realidad no lo habla ni Krrrrrristo. Los motivos son varios, pero básicamente se resumen en que no le sale de los cojones/kojones al personal.
Otro derroche más de dinero público que podría ser destinado a sanidad y educación y cuidar el medio ambiente. La emergencia climática con la que dan la turra para sus turras no opera, parece ser. Qué cosicas, eh, Joseba Andoni. El euskera como negotzio, ideológico eta ekonomikoa, que a su alrededor se mueve una burrada de dinero público que es de no creer. Y todo para nada, para nada práctico, útil.
Al euskera le pasa una cosa que ya hemos contado mil veces, como es un idioma completamente residual, básicamente porque nunca ha sido visto por los aberchándales como un vehículo de comunicación sino exclusivamente como una herramienta identitaria/ideológica, tiene que dedicarse a gilipolleces como la de las placas para sacar la cabeza del agua e intentar decir que aquí estamos.
Al aberchándal le importa más la apariencia en euskera que el euskera. Esto yo lo desconocía hasta hace unos meses, que me paseé con un amigo euskaldún por Pamplona y me hizo ver que todas las placas donde aparece el euskera son malas traducciones hechas por gente que no conoce el idioma. ¿Y esto los eukaldunes lo permiten? Aquí no hay eukaldunes, mon ami, aquí hay otra cosa, por eso a nadie le importa lo que me cuentas.
Ortopédico, encorsetado, como de traductor malo de internet, como hechas por alguien que no tiene ni pajolera idea del idioma, me seguía explicando mi compadre/konaita. Yo le contestaba lo de siempre, que como hay que hacer creer al mundo que Pamplona es una sociedad bilingüe, cuando no lo es, pues dale, si total, ni a los aberchándales les importa, porque la mayoría de ellos tampoco domina su supuesto idioma. Aquí básicamente la gente habla, y discute, que es lo importante para la supervivencia de un idioma, en español. Te puedes pegar días sin escuchar el idioma de los aberchándales.
Estas concretamente las puso Asirón en su primer reinado, le dije. ‘Mira las fotos de la inauguración: todo aberchándales y a nadie parecía importarle mucho lo que me cuentas sobre el euskera’. Y seguimos yo roto de la risa por el descubrimiento y él indignado. ¿Tú has visto esas instrucciones en español de aparatos baratos made in China, que te das cuenta al leerlo que solo es un trámite administrativo, pegándole unas patadas al diccionario y la sintaxis de partirse el ojal? Pues aquí es lo mismo, a un txino se la pela el español, como a un batasuno se la pela el euskera. No haberles regalado el idioma para que solo fuera suyo.
Pues si este es el diagnóstico para un parrafillo, imagínate en los textos oficiales, con folios y folios, cómo tiene que ser la cosa/kosa. Le chinché un poco más, y mi amigo empezó a sudar mientras yo me descojonaba de sus angustias filológicas.
En fin, si a ellos se la sopla, imagínate a mí, la atracción que puedo sentir por un rasgo identitario de una ideología, como es ese idioma, con la que no tengo nada que ver.
Yo, que los últimos libros de Houellebecq o de Frédéric Beigbeder, este último, por cierto, con familia proveniente de la baja Navarra, me los he comprado en francés, también podría comprarme en euskera los de Unai Elorriaga o a Kirmen Uribe, que me los he leído todos, pero no me apetece perder el tiempo con un idioma que es exclusivamente una etiqueta de una identidad que no es la mía. ¿Y Berri Txarrak, qué? Solo cantan en euskera y tienen miles de seguidores? Se agarran a ese clavo ardiendo los aberchándales para intentar refutarte la cosa. Mira, al público de ese grupo cuando existía, que ya ni existe, y que por cierto, al entrar en su web el primer idioma que te salta por defecto es el español, cuando tienes que vender entradas es mejor no hacer el tolili, le pasaba en su mayoría como a mí cuando iba a un concierto de Red Hot Chili Peppers, que te gusta más el soniquete que las letras y las tarareas un poco, quipirrugüei, quipirrugüei, quipirrugüei nau, como puedes.
Los aberchándales se han dedicado toda la vida a que ningún disidente entrara en su idioma y no seré yo quien acceda a un sitio donde no me quieren. Aguricos eta que lo disfruten mutxoa. Bastante tengo con pagarles el kalimotxo como para ponerme además a beber semejante brebaje. Gora el vino askatuta. Y eso es todo.