Es divertido ver el panorama un poco retirándose hacia atrás, tomando perspectiva. Qué peñenico se ve todo desde aquí. Y qué absurdo.
- domingo, 08 de diciembre de 2024
- Actualizado 12:37
Es divertido ver el panorama un poco retirándose hacia atrás, tomando perspectiva. Qué peñenico se ve todo desde aquí. Y qué absurdo.
6:35 de la mañana. Un sueño del copón de la baraja de Fournier pero es mejor así, viajar medio sobado. En 5h 55’ minutos en Sevilla. Hoy el vermut de comienzo del fin de semana nos lo vamos a tomar en Andalucía. En realidad cuando lean esto ya llevaré varios días y cuando terminen, amados lectores, aún me quedaran varios aperitivos más de estancia a la orilla del Guadalquivir. Viajar con la cuadrilla es lo que tiene, que un fin de semana es poco y hay que estirar el asunto todo lo máximo que se pueda, por si las moscas, que nunca está de más celebrar la vida ante lo que pueda venir mañana, que ya sabemos todos lo que es.
Ya verás cuando se entere el euskotroll que me reprochaba el otro día que vivía bien. Como me lea que quizás a esta hora esté poniéndome ciego a pinchos en el Bar Eslava, el de Sevilla, no el de Pamplona, o tomándome un gintonic (me ha dado por la ginebra Martín Miller's últimamente) en la terraza que tienen montada en la azotea del hotel Inglaterra y lo busque en Google le da un euskoinfarto de la impresión, seguro, por las vistas. El viernes, o sea, hoy, y el sábado estaremos de conciertos, el Festival Interestelar, viendo de nuevo a Los Planetas, entre otros, pero me da que esto le va a dar menos envidia porque no está la euskotuna de Soziedad AlKoholika con cintas y pandereta. Esos para Pamplona. Gora klabelitos-klabelitos.
En realidad me conozco y sé que terminaré dándole a las letras en algún café tranquilo y amable en las calles que desembocan en la Alameda de Hércules. Ah, la vida... qué cosa tan rica es vivirla a toda hostia. Pero no sufra, buen euskohombre, en nada tiene sus Sanfermines con ese olorico rico que desprende ese liquidillo radioactivo que corre por el suelo desde tiempo inmemorial y se pega al pantalón, la zapatilla o la piel del tobillo y pantorrilla hasta corroerla. Meados y vino chusco. Eau de Pampelune. Maravilloso. Huela, huela... es un perfume inconfundible.
Este año además pueden ser las fiestas de la mononucleosis del señor Spiderman. Al tiempo, pero oye, qué bien se vive en Pamplona, tú, Kepa Mari. Es todo tan, pero tan apetecible, que no entiendo cómo hace infinidad de años que no se agotan las habitaciones de hotel por estás fechas y cada vez viene menos gente. En Pamplona como en ningún lado y zas, sablazo en el bar de turno, empezando por los de casa, que ya son los únicos que quedan entre semana. En fin. Lo típico.
Volvamos al tren. Frente a mí café veo los colores del amanecer, rojos, rosas, morados, y cojo el papel, que es como llamaba un tío abuelo mío a los periódicos: pásame el papel, niño. La verdad es que hace bastante que apenas leo prensa y la de papel, especialmente, pero llevo unas semanas, por eso de acercarme un poco al mundo viejuno, ese mundo como de carruajes y diligencias con sus postas que en cuanto los gobiernos de turno dejen de subvencionar, morirán, cayendo en ella para preparar la despedida antes del sepelio.
Le debe de hacer pupa al gobierno de Barkos el tema de la manifa de la bandera de Navarra, pienso, porque su Boletín Oficial no hace más que poner sus cañones mediáticos frente a ella desde el mismo día que se convocó. A mí el argumento que utilizan me parece de lo más peregrino, el de que como es de todos, por lo tanto, no se puede tocar y tal por nadie en concreto. Si es de todos también es de cada uno, digo, y que cada cual haga dentro de la ley lo que le de la real gana con ella. Yo, por ejemplo, me hago el sueco, por llevar la contraria a todos.
El Boletín Oficial en su papel de periódico revolucionario institucional es especialmente cansalmas, pero oye, que cada empresa privada haga lo que le plazca. Porque sigue siendo privado, ¿no? ¿En qué quedó aquella historia de un aval del Gobierno de Navarra para un crédito de un porrón de millones y evitar su cierre? ¿Es entonces un poco de todos los navarros, igual que Osasuna, y por lo tanto podemos opinar de él o no, como el tema de la bandera y hay que callar? En realidad me importa un higo ya la casa de Bernarda Alba.
Dejo el periódico, aburrido, y cojo la revista de RENFE, que sale Jane Birkin y me interesa más la entrevista que le hacen donde habla de ella, de Gainsbourg, de la vida, del amor, de los amigos. Ah, el placer... qué cosa más maravillosa es. Y el hedonismo, que es un poco lo mismo pero dicho en plan fino. Hemos dejado ya atrás Tudela, el tren entra en vía de alta velocidad y vuela, camino del mañana, del futuro. No griten mucho hoy en los comentarios que no voy a poder leerlos. Disfruten de Pamplona, yo disfrutaré de la vida. Y eso es todo.